Cuatro años de reinado y un ocaso anunciado tras su último reality show. A pesar de su incuestionable proyección mediática, que sigue más vigente que nunca, parece que el éxito de Sofía Suescun está viviendo ahora su cara más amarga. Una muerte que seguramente salvará la vida con una resurrección inesperada; pero alejada, eso sí, de su trama más socorrida: sus peculiares relaciones telenovelescas con chicos que apuran minutos de televisión junto a la pamplonica.
Lo que hace no muchos años era garantía de éxito en un reality show, parece que ahora se ha vuelto en contra de sus propios protagonistas. Y es que la audiencia, aunque no puede despegar sus ojos de la pantalla ante un drama con triángulo amoroso incluido, lo cierto es que observa el comportamiento de estos personajes con recelo, desconfianza y a veces incluso enfado, pues el público cuestiona cada vez más su credibilidad. Y no hay nada que enfurezca más a la audiencia que sentirse engañado.
El reality de sus romances
La historia televisiva de Sofía Suescun ha estado ligada a sus diferentes romances desde el momento en que la conocimos tras su entrada en la casa de 'Gran Hermano 16'. Su historia de amor (y posterior ruptura) con Suso y sus escarceos con Ricky después de que el primero se acostara con Raquel la condujeron hasta la victoria de la última edición presentada por Mercedes Milá. La pamplonica vio en sus idas y venidas amorosas un auténtico filón mediático con el que consiguió no solo enganchar a la audiencia, sino también ganarse un buen puñado de admiradores (y de euros, dicho sea de paso).
La joven extendió su historia con su paso por 'Mujeres y hombres y viceversa', el entorno ideal para fomentar el desarrollo de su personaje. De allí salió emparejada con el portuense Hugo Paz, con el que más tarde retransmitió en directo su ruptura. Poco tiempo después, Sofía sorprendía anunciando un romance con Alejandro Albalá, el examarido de la rebautizada Isa P. La pamplonica, que probablemente vivió una relación sincera con el joven, se aseguraba también así no solo unos cuantos platós, sino a su vez la entrada en su segundo reality show: 'Supervivientes 2018'.
En Honduras, Sofía logró acaparar la atención y convertirse en el centro de la edición tras ser infiel a Albalá con Logan. Alejandro viajó a los Cayos Cochinos para romper con ella en directo, mientras que Hugo Paz, su ex, se incorporaba como concursante oficial a mitad del programa y se aliaba después con Logan para una no tan desgracia de Sofía, que resultó de nuevo ganadora de un reality show. Un auténtico culebrón hondureño que Telecinco explotó hasta principios de este año con el estreno de 'GH Dúo'.
Allí se encontró de nuevo con Alejandro Albalá (y con Raquel, la ex de Suso). Con el gaditano criado en Santander mantuvo un tira y afloja constante hasta que la joven fue sorprendentemente expulsada. Por primera vez en su corta trayectoria, Sofía saboreaba las ácidas mieles del fracaso y su personaje parecía morir de éxito. Demasiado estirado un chicle cuya fórmula se había repetido ya en reiteradas ocasiones. Quizá la audiencia creyó haberse cansado de ver a la concursante sufriendo por un amor en el que ya pocos creían, pero lo cierto es que la realidad era bien distinta. Los papeles se habían intercambiado y el arco dramático de Sofía había tomado otro color: la joven pasó de protagonista a antagonista.
Explotar su ruptura con Albalá en el 'Dúo' había sido un grave error, pues la trama había llegado caduca al reality seis meses después de pasar por 'Supervivientes' y hacer allí lo mismo. Quizá este fue el principal motivo por el que el público le retiró su apoyo. Suescun ya no era la niña inmadura, pero pasional y sufridora, capaz de hacer cualquier cosa por amor; sino que se había convertido en el ogro que le había destrozado el corazón a Alejandro, tomando un papel muy parecido al que adquirió Suso en la edición que encumbró a Sofía como ganadora de 'GH'. Paradójico, ¿verdad?
Fin del personaje
Habiendo dejado reposar varios meses de huida televisiva (como bien marcan las normas no escritas de este tipo de personajes), Sofía debía ingeniárselas para no recurrir a fantasmas del pasado con los que poco o nada tenía ya que hacer en televisión. La inesperada ruptura entre Gloria Camila y Kiko Jiménez se convirtió en el trampolín perfecto para volver a primera línea tan solo unos meses antes de estrenarse un nuevo reality en Telecinco, 'GH VIP 7'. Sin duda, medir los tiempos adecuadamente es el ingrediente principal para optar a ganarse una silla en la familia Mediaset.
Suescun observa ahora a los toros desde la barrera. Ya no protagoniza una historia, sino que es el personaje secundario con el que todos deberían empatizar después de que su chico haya mostrado un interés amoroso o sexual por otra mujer en la casa de Guadalix de la Sierra. En busca de conectar de nuevo con el público, la joven se ha intercambiado los papeles por primera vez y la jugada le ha salido rana. Quizá por volver a explotar una historia cuyos protagonistas piensan monetizar a golpe de 'Deluxe', pero sobre todo por la torpeza de Kiko al evidenciar que ese interés que siente por Estela formaba parte de un juego con el que pretendía encadenarse a la casa.
Y es que la credibilidad de estos concursantes ha perdido magia. Porque en televisión, por increíble que pueda parecer a veces, hay más verdad de la que la gente pueda imaginar, solo que esa verdad se explota estratégicamente con la idea de hacer vibrar más y mejor al público. Pero a veces se explota de manera muy torpe, y cuando eso ocurre es cuando la audiencia no vibra con una historia y se enfoca más en la estrategia que en la verdad. Es cuando la audiencia desconecta, aunque no cambie de canal. Y eso es lo que le ha pasado a Sofía Suescun en los últimos meses. En lugar de jugar a mostrar su verdad, probablemente ha fabricado una verdad para jugar. Es hora de que huya de su personaje antes de que su personaje acabe con su carrera televisiva.