El Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha expulsado del sacerdocio a un feligrés de 50 años que había hecho pública su homosexualidad a través de los medios. Elizalde incumple con esta medida la actual doctrina del Papa Francisco que llegó a afirmar lo siguiente sobre la presencia de personas gays en la Iglesia. "¿Quién soy yo para juzgarle?".
Elizalde, en este caso, se siente superior al Papa y se reafirma en su decisión: no podrá participar de las instituciones religiosas aunque, al menos, sí podrá acudir a misa como una persona más.
El afectado contaba con una experiencia de varias décadas como catequista, miembro del Consejo Pastoral de su parroquia y sustituto del sacerdote en la predicación. Ahora quería ordenarse como sacerdote, pero tras hacer pública su orientación sexual, Elizalde ha sido tajante: no podrá volver a participar de la vida parroquial de la comunidad Santa Teresa de Jesús.
Desde el Obispado aseguran que la decisión no fue motivada en ningún momento por "homofobia" y cargan contra el afectado, Alfonso Ruiz de Arcaute, porque supuestamente difundió en redes sociales un escrito anónimo "difamatorio e injurioso contra el Obispo".
En concreto se señala una nota sin firma en la que se criticaban algunas irregularidades del Obispado y se señalaba a Elizalde como un "lobo con piel de cordero". Alfonso la compartió en su perfil de Facebook con el siguiente mensaje: "¡Ojalá este sacerdote se sintiera libre para escribir y decir todo lo que siente y piensa!".
Sea o no el motivo, lo cierto es que el Obispo no se dignó a comunicarle personalmente el veto: utilizó al párroco, que ahora se jubila, y a su sucesor para comunicarle la noticia. No dio la cara.
Ahora, Alfonso tiene la intención de continuar su fe acercándose a todas aquellas personas que, como él, "se han sentido excluidas de la Iglesia". Su fe está por encima de todo, a pesar de que con tan solo 14 años sufriera abusos sexcuales por parte de un religioso.
El afectado recuerda que Elizalde le prometió entregar en mano una carta al Papa Francisco en la que hacía pública su homosexualidad y su voluntad de convertirse en sacerdote. El Obispo le mintió, a pesar de que le perjuró que le prestaría ayuda. Ahora, finalmente, ha decidido apartarle de la Iglesia.