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"El obispo no va a comentar nada": la respuesta de diócesis tinerfeña a carta que pide su dimisión

Asociaciones piden la dimisión del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, por proteger a un sacerdote acusado de pederastia y pedofilia en 2004.

"El obispo no va a comentar nada": la respuesta de diócesis tinerfeña a carta que pide su dimisión

La Asociación Nacional Infancia Robada (ANIR), la Asociación de Víctimas de Abusos (AVA) y la Asociación contra los Abusos Sexuales en la Infancia Lulacris han publicado una carta solicitando la dimisión inmediata del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez. La demanda surge por la decisión de Álvarez de mantener en su puesto a un sacerdote de Tejina, quien fue denunciado por pederastia y pedofilia en 2004.

Fuentes del Obispado consultadas indicaron que Álvarez no hará comentarios sobre la publicación de la carta: "el obispo no va a comentar nada", afirmaron. La misiva expresa:

"Desde la Asociación Nacional Infancia Robada (ANIR), la Asociación de Víctimas de Navarra (AVA) y la Asociación contra los Abusos en la Infancia Lulacris nos dirigimos a usted para manifestar nuestro profundo rechazo e indignación tras descubrir que el sacerdote C.H.G. de su diócesis continuó ejerciendo su ministerio después de ser denunciado por pederastia y pedofilia en 2004, en Tejina".

La credibilidad de la acusación quedó demostrada en el documento encargado por la Conferencia Episcopal al despacho de abogados de Cremades, posteriormente modificado por Alfredo Dagnino y publicado por Josetxo Vera, así como por diversos documentos gráficos de la época y los informes e investigaciones del diario El País y la emisora Cadena Ser en Canarias.

El hecho de que este sacerdote haya seguido en funciones puede verificarse en los nombramientos autorizados por usted en el Boletín Oficial de la Diócesis Nivariense. Además, testimonios de otras víctimas confirman que los abusos sexuales cometidos por este sacerdote se remontan a los años setenta."

La carta

La carta, publicada por Religión Digital, detalla varias acciones que las asociaciones exigen a la Iglesia:

  • Implementar medidas valientes que demuestren su compromiso con el bienestar de las víctimas, su sanación y rehabilitación, y la restauración de su dignidad.
  • Defender y acompañar a los supervivientes, incluyendo servicios de salud mental, orientación jurídica e indemnización económica por el daño sufrido.
  • Colaborar con las autoridades públicas en los planes de reparación establecidos.
  • Formar obligatoriamente al clero y la comunidad eclesial en la prevención de la violencia y abuso sexual.
  • Garantizar que los mecanismos de denuncia funcionen correctamente y cumplan con los estándares establecidos.
  • Ciro Molina, portavoz de la Asociación Infancia Robada en Canarias, describe los abusos sexuales que sufrió a los 10 años por parte del sacerdote Don Carmelo en la parroquia de Tejina. Molina relata que la situación empeoró cuando ingresó al seminario, donde pasaba más tiempo con el cura. "Estaba viviendo una situación que no entendía y pensaba que solo la vivía yo. Más tarde supe que también abusaba de otros chicos que se preparaban para la confirmación", dijo.

    Molina recuerda cómo el sacerdote lo acosaba y le daba besos en la boca. Tras años de silencio, él y otros decidieron hablar con sus catequistas, lo que resultó en el traslado del sacerdote a un asilo de ancianos en La Laguna sin explicación. Molina enfrentó amenazas por parte de los amigos del sacerdote y miembros del pueblo más religiosos.

    Molina presentó una denuncia en 2006, pero el sacerdote continuó en su cargo hasta 2014. "Si no es porque presento una segunda denuncia, él se hubiera jubilado siendo cura", explicó. Además, asegura que la Iglesia siempre lo protegió. Años después, Molina tuvo un encuentro con su abusador: "Le pregunté por qué hizo eso y me dijo que lo hizo porque me quería".

    Tras la investigación del grupo PRISA y un informe del Defensor del Pueblo que detectó más de 1.400 casos de abusos en España, la Iglesia anunció que indemnizaría a todas las víctimas. "Ni vendiendo todo el Vaticano y las propiedades de la Iglesia ese daño se va a reparar. Con dinero no se va a solucionar nada, serviría para pagar las terapias para intentar procesar los traumas", expresó Molina.

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