Llega el veranito, el buen tiempo, el calor, las vacaciones de marcha, esa sensación en tu cuerpo que dice "¡por fin voy a descansar!", pero no: acabarás haciendo la croqueta por la playa a las 11 de la mañana del día siguiente al que saliste de fiesta. Porque a ti, que lees esto, te va más la marcha que a toda la tropa de 'Gandía Shore'. Y lo sabemos.
Así, si eres muy de desfasar por las noches... quizás seas un poco 'pecador de la pradera'. O, al menos, así lo ve el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que se encargará de chivarse al Papa y puede que termine castigándote así:
Yendo al asunto. Don Demetrio Fernández se ha querido pronunciar sobre todas esas personas que se dedican a disfrutar de su tiempo libre tal y como quieren: "hay quienes plantean las vaciones como tiempo de desenfreno, como si estuvieran todo el año reprimidos y en vacaciones se desatan", pero "cuando vuelven a la vida ordinaria, experimentan una fuerte depresión".
Sí, amigos, este prelado ha dado con la clave primordial de la depresión postvacacional. ¿Vosotros también odiáis volver al curro después de unas semanas haciendo lo que os da la gana? Aquí tenéis la clave; "Las vacaciones no pueden plantearse como un tiempo de desenfreno".
Muy bien, si no me dedico a desfasar durante todo el verano, no me voy de fiesta, no practico turismo, no me voy de cañas con mis conocidos... ¿qué c*** hago? Dejad de decir tacos y prestad un poco de atención:
"En las vacaciones, un lugar preferente lo ocupa Dios". Esto pinta bien: "A lo largo del año vamos con el tiempo justo, pero en vacaciones podemos dedicar más tiempo a la oración, a la lectura pausada, a la contemplación de la naturaleza". Os dejamos al obispo de Córdoba, pasándolo en grande durante sus vacaciones. ¡Qué marcha lleva!
Vamos, que os dejéis de coger un viajecito, disfrutar de la playa y lo que vosotros, pecadores, llamáis 'buena vida'. Corred en un convento, rezad hasta la extenuación y, cuando terminéis, os váis a mirar el monte. A ver si termináis hablando con un árbol o algo. Os aseguramos que cuando terminéis, estaréis deseando volver de una vez por todas a vuestro trabajo. ¡Y sin depresión postvacacional!
El prelado lo tiene claro: "Dios está ahí, y quiere ser nuestro descanso y, además es un descanso gratuito". Porque a pesar de que ya no hay crisis, como diría nuestro querido Rajoy, nunca viene de más ahorrar un dinerito. O dejarlo en el cepillo de la Iglesia.