El Hogar Residencia Nazaret, propiedad del Obispado de Cádiz y Ceuta en la ciudad autónoma, fue uno de los edificios que el Gobierno ceutí pidió a la Iglesia para acoger a un centenar de menores no acompañados que cruzaron la frontera del Tarajal el pasado mes de mayo.
El obispo, Rafael Zornoza, sin embargo, se negó a ofrecer las instalaciones, según publica El Diario. Sin ofrecer ninguna explicación más en la labor humanitaria que le estaban demandando las instituciones y que estaba rechazando frontalmente.
No era la primera vez que se ofrecía una propuesta similar, con rechazo incluido. En 2018, con los CIE completamente aglomerados, se pidió nuevamente espacio para que los migrantes pudieran vivir hasta solucionar la situación. El rechazo del obispo, cercano a VOX y tesis de ultraderecha (especialmente a Agustín Rosety, miembro de VOX y su responsable de Fundaciones) fue rotundo.
Los comentarios de su entorno
El entorno de su diócesis comenta a El Diario que el obispo, así como sus colaboradores, son de la opinión de que los menores que saltan la valla y llegan a España en busca de una vida mejor "son delincuentes y deben ser devueltos", a pesar de que actualmente existen sentencias judiciales que han bloqueado las repatriaciones de dichos menores.
El obispo ha mantenido un perfil bajo durante la crisis del Tarajal, donde se han desplegado voluntarios de Cáritas y del Secretariado de Migraciones de Cádiz y Ceuta ayudando a los migrantes que entraban en la ciudad, pero sin mostrar que pertenecían a estas organizaciones. Tan solo se mostraban petos de Cruz Roja.
La ciudad se ha visto con problemas. No solo ha sido el obispo. El Ministerio de Defensa tampoco ha puesto a disposición sus cuarteles en desuso, por lo que finalmente la ciudad ha tenido que albergar a los menores en un polideportivo y otros centros municipales, mientras que muchos de ellos siguen vagando por las calles y durmiendo en las escolleras o el puerto.
