El traspaso de poderes de Obama a Trump ha sido, cuanto menos, traumático entre algunos sectores. El primer presidente afroamericano dejó el poder con unas cotas de popularidad especialmente altas. Y Trump... contó con un coro mormón en su 'Inauguration Day'.
Lo cierto es que uno de los puntos que más han dañado la imagen del actual presidente ha sido su política migratoria. Prometió hasta 11 millones de deportaciones, pero después entró en razón y las rebajó a entre dos y tres.
Sin embargo... ¿tan lejos está su visión de la inmigración de la de su predecesor? ¿está tan justificado que Obama goce de tanta popularidad en este ámbito y Trump sea tan defenestrado?
El 'deportador en jefe'
Dejando de lado otras cuestiones, lo cierto es que Barack Obama ha sido el presidente que ha ejecutado mayores deportaciones de inmigrantes durante los últimos 30 años. El número varía, a tenor de los 2 y 2,8 millones de los últimos años. Aún así, Obama ha conseguido sumar el mismo número de extranjeros expulsados que Bush padre e hijo, Ronald Reagen y Bill Clinton. Lo más llamativo de todo: no todos los indocumentados contaban con antecedentes.
Según El Observador, Obama ordenaba no llevar a cabo deportaciones basadas en violaciones menores de la ley como conducir sin licencia o tener una luz rota del vehículo. La promesa de Trump es que, hasta con esos gestos, podrían servir como excusa para ser expulsado de Estados Unidos.
Sin embargo, la gran cantidad de personas expulsadas del país ha provocado que Obama sea calificado como el "deportador en jefe" por el 'Consejo Nacional de la Raza', una organización que se encarga de defender los derechos de las personas latinas que viven en los Estados Unidos.
Bush padre, el más benevolente
Algunas figuras memorables del Partido Republicano han sido bastante más benevolentes con la inmigración que el propio Obama y que, evidentemente, Donald Trump. Por ejemplo, George H. W. Bush, que gobernó entre 1989 y 1993 "solo" deportó a 141.316 personas, una cifra que contrasta enormemente con la que dejó su hijo: más de dos millones de deportaciones entre 2001 y 2009.
Quien también fue más benevolente con los extranjeros sin papeles, fue el republicano Ronald Reagan, que expulsó a 168.364 personas. Cifras que contrastan con las de Obama y que están enormemente lejos de los 11 millones que promete Trump. ¿Cumplirá con su promesa electoral?
Europa no puede dar lecciones
Si las cifras de Obama asustan, en el viejo continente tampoco podemos ofrecer lecciones. En el año 2015, Europa consiguió doblar la cifra de Estados Unidos consiguiendo, lamentablemente, liderar en esta materia, tal y como relata El Confidencial.
Grecia expulsó en 2015 a la mitad de extranjeros que Estados Unidos, a pesar de contar con una superficie 74 veces más pequeña
Entre los países que ejecutaron mayores expulsiones se encuentra Grecia, con 104.576. Es decir, tan solo Grecia expulsó a prácticamente la mitad de extranjeros que Estados Unidos durante 2015. Cierto es que todo esto se realizó en medio de la crisis migratoria siria, pero los datos estremecen: el país heleno es 74 veces más pequeño que el norteamericano, así que las comparaciones, en este caso, sí que pueden ser odiosas. ¿Podría considerarse a Alexis Tsipras como el nuevo 'deportador en jefe'?
Tras Grecia, continúan en este lamentable ránking Francia, Reino Unido, Alemania y España. Cifras que contrastatan, por ejemplo, con Irlanda, que solo deportó a 875 personas. Sin embargo, hay razones que explican este último punto: Irlanda no forma parte de las rutas migratorias como Grecia y España; ni suele ser un destino favorito para el expatriado, como sí lo son Francia, Reino Unido y Alemania.
Mientras tanto, la Guerra de Siria ha dejado ya más de 400.000 muertos. La crisis humanitaria que ha generado ha provocado que más de 10.000 personas hayan perecido en su intento de cruzar el mar Mediterráneo desde 2014. Y ante todos estos datos, queda cuestionarse algo: ¿está actuando Occidente de la manera correcta?
