Portar en la luna del coche una pegatina falsa de la inspección técnica de vehículos (ITV) se ha convertido en una de las prácticas ilegales más novedosas. No solo es un delito penal, sino que pone en juego las vidas de terceros además de la del propio conductor.
Manipular y falsificar este documento oficial es una tentadora y rápida solución para evitar cumplir con los requisitos legales del vehículo, pero las consecuencias derivadas de estas acciones son mucho más graves de lo que la mayoría de personas imaginan.
Etiquetas falsificadas y cutres
La empresa Tüv Rheinland, que cuenta con cerca de 40 estaciones de ITV en toda España, ha dado a conocer algunas de las mayores ñapas o chapuzas que algunos usuarios han presentado a los inspectores técnicos en los últimos años. La imaginación y picardía de la gente han dado como resultado que esta empresa se haya encontrado arreglos sobre la marcha como cinturones con grapas o retrovisores sujetos con cinta adhesiva.
Una de las manipulaciones denunciadas por Tüv Rheinland que más se ha repetido está relacionada con la etiqueta de ITV correspondiente al año 2018. Como se puede observar en la imagen se trata de una falsificación en toda regla. La apariencia de la pegatina es tan deficiente que en primera instancia salta a la vista que es un engaño.
Consecuencias legales
Falsificar el distintivo de la ITV, al igual que manipularlo o utilizar el de otro vehículo, es un delito de falsedad documental que está castigado con pena de cárcel. Una sentencia del Tribunal Supremo alega que la utilización no autorizada de la pegatina "es constitutiva del delito de uso de certificación falsa del artículo 399.2 del Código Penal".
- En el caso de que el resultado de la inspección sea desfavorable solo se puede circular con el coche para ir al taller para subsanar las deficiencias y, una vez corregidas, regresar a la estación de ITV. El incumplimiento de la normativa supone una multa de 200 euros sin pérdida de puntos.
- Cuando el resultado de la ITV es negativo el coche queda inmovilizado de inmediato. Solo puede ser trasladado en grúa al taller para que lo arreglen y demostrar de nuevo en una estación de ITV que está reparado. No cumplir con la normativa conlleva una multa de 500 euros.
La patronal de las estaciones de inspección de vehículos AECA-ITV calcula que más del 30% de los vehículos que circulan por las carreteras españolas lo hacen con la ITV caducada. Guillermo Magaz, director gerente de AECA-ITV, señala que los años con mayor absentismo en la ITV son también los años con más siniestros en la carretera. "Un vehículo con algún defecto tiene mayor probabilidad de sufrir o provocar un siniestro vial", destaca Magaz.