Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard ha estudiado los efectos beneficiosos que las manzanas producen en el organismo. El secreto se encuentra en las sustancias fitoquímicas y antioxidantes que poseen, ya que ayudan a reducir los niveles de azúcar en sangre y, asimismo, previenen de problemas cardiovasculares e inflamaciones como la artritis o el asma.
No obstante, esta nueva investigación ha dado con la clave de este alimento, el flavonol. Este compuesto ayuda a reducir lo que se conoce como 'fragilidad del anciano', un problema que sufren entre un 10 y un 15% de los adultos mayores, pudiendo ser mayor, ya que se considera que está infradiagnosticada.
Esta afección se entiende como el declive de la buena funcionalidad de todas las partes del cuerpo, pudiendo verse reflejado en caídas, alteraciones de la movilidad y del equilibrio y debilidad muscular. Se encuentra relacionado con discapacidades y dependencia.
Es por ello que el flavonol, al reducir la probabilidad de que una persona sufra esta dolencia, puede ser tan beneficioso. El flavonol que más abunda en las manzanas es la quercetina, una sustancia amarga que es la que mayormente ataca esta dolencia.
Ingesta diaria
Desde el grupo de investigadores, señalan que la cantidad ideal para reducir los efectos de la fragilidad se encuentra en una manzana diaria. "Nuestros hallazgos sugieren que por cada 10 miligramos más de ingesta de flavonoles al día, las probabilidades de fragilidad se reducían en un 20%. Los individuos pueden consumir fácilmente 10 mg de ingesta de flavonoles al día, ya que una manzana de tamaño medio tiene alrededor de 10 mg de flavonoles", explican.
"Aunque no hubo una asociación significativa entre la ingesta total de flavonoides y la fragilidad, una mayor ingesta de flavonoles (una de las subclases de flavonoides) se asoció con menores probabilidades de desarrollar fragilidad", continúan desarrollando en el estudio. "En concreto, la mayor ingesta de quercetina fue el flavonoide que tuvo la asociación más fuerte con la prevención de la fragilidad. Estos datos sugieren que puede haber subclases particulares de flavonoides que tienen el mayor potencial como estrategia dietética para la prevención de la fragilidad".
La quercetina también está presente en otros alimentos como las uvas, la cebolla, los tomates, las alcaparras, la miel, los frutos secos, los vinos y el té.
