El hombre que vino a cambiarlo todo. Barack Obama, El primer negro en la Casa Blanca. Amable, cercano y carismático, con una mujer -Michelle- que por momentos llegó a eclipsar a la persona más poderosa del mundo y una familia que recreaba el ideal americano. Llegó a al Despacho Oval tras una de las mejores y más recordadas campañas que se recuerdan y tras derrotar a la todopoderosa Hillary Clinton en unas primarias en 2008 en donde los ciudadanos le dieron un apoyo con el que no contaba, en principio, en su partido (Clinton ganó a Obama en Superdelegados). Ahora, echando la vista atrás, cabe preguntarnos, ¿han sido estas las dos legislaturas históricas que nos prometieron?
1 Guantánamo y Obamacare, las dos grandes promesas de Obama
Barack Obama entró en 2008 con dos proyectos fundamentales: cerrar Guantánamo y hacer una ambiciosa reforma del horrible sistema sanitario estadounidense.
Guantánamo, prisión de máxima seguridad construida en territorio ocupado en Cuba, había sido noticia en multitud de ocasiones por el incumplimiento sistemático de los derechos humanos por parte del gobierno de EEUU. Y, aunque las relaciones con Cuba son las mejores desde hace décadas, la situación no es ni de lejos la que Obama había augurado: Israel y EEUU siguen siendo los únicos países del mundo que no votan en contra del bloqueo contra la isla, y Guantánamo sigue en activo y como patrimonio del gobierno estadounidense. Obama fue claro: "He dicho repetidamente que tengo la intención de cerrar Guantánamo, y lo haré". Pues no, no lo hizo. Por desgracia, ni Clinton, pro-militarización, ni mucho menos Donald Trump parece que vayan a cumplir la promesa que Obama dejó incumplida.
Por su lado, la reforma sanitaria, pese a las numerosas trabas que ha encontrado por el camino, sí que se llevó a cabo. El Obamacare, oficialmente Ley para la Protección de Pacientes y Cuidados de la Salud Asequible, fue un proyecto que, en boca de Obama "exigirá a las compañías aseguradoras cubran las condiciones médicas preexistentes de todos los americanos, independientemente de su estado de saludo o de su historial, para que puedan recibir una cobertura completa a un precio estable". No parece una reforma muy ambiciosa, ya que la universalidad de una sanidad carísima aún es una utopía, pero es un punto de inflexión que se ha llevado adelante con gran parte de la opinión pública y los lobbies afectados -a veces, incluso los tribunales- en contra.
2 ¿Militarización o antimilitarización?
Los dos candidatos de estas elecciones -Trump y Clinton, por si alguien, a estas alturas, aún no lo sabe (imposible)- son conocidos por apoyar una campaña militar muy acusada: Clinton, como Secretaria de Estado, fue clave en la invasión a Libia o los bombardeos sobre Siria; Trump promete acabar directamente con el ISIS entablando una buena relación con Rusia.
Todo lo contrario que Obama, que entró en la Casa Blanca con la promesa de terminar las guerras de Irak y Afganistán. Sin embargo, y pese a que es cierto que Obama ha reducido el militarismo de la administración Bush y las tropas se han retirado de Irak y el número de combatientes en Afganistán se ha reducido (aunque sigue habiendo 8.400), las acciones de Obama, como parece haber sido en su seña de identidad, se han quedado en un casi pero no. Y es que Obama ha potenciado notablemente las "Guerras 2.0" promovidas por George W. Bush, sustituyendo combatientes estadounidenses por drones en Pakistán, Yemen, Somalia, Libia, Irak, Siria y Afganistán. Estos drones, además de no acabar ni de lejos con las guerras que están acabando con la vida de miles de personas -y obligando a millones a desplazarse- causan numerosos errores: Sin contar a Irak, Siria y Afganistán (al ser zonas de guerra), el gobierno de EEUU ha revelado que los drones han matado a 116 civiles inocentes, aunque numerosos grupos pro-DDHH aportan cifras mucho más altas.
En este caso, Obama no tiene defensa: En el resto de medidas puede alegar que las dos Cámaras, en ciertos momentos de su legislatura con mayoría republicana, frenaban muchas de sus medidas. Pero, como comandante en jefe (cargo ostentado por los presidentes de EEUU) del ejército, tenía el poder para llevar a cabo una política de antimilitarización mucho más radical y que justificaran un Nobel de la Paz muy criticado. De la captura y asesinato de Bin Laden han pasado ya cinco años y no tapan una política militar que ha vivido más de gestos que de acciones.
3 Relaciones internacionales
La política exterior de los Estados Unidos tiene dos vértices fundamentales, y tras hablar del primero (actividad militar), toca tratar las relaciones internacionales.
Y, en este sentido, Obama pasará a la historia por dos acontecimientos: el ya comentado -y excesivamente light- acercamiento a Cuba y el espionaje. Este segundo fue puesto al descubierto en 2013 gracias al exagente de la CIA y la NSA Edward Snowden e implicaba no sólo a el espionaje que llevaba a cabo la Agencia Nacional de Seguridad a individuos de todo el mundo -incluidos líderes nacionales de otros países- sino también a empresas de todo el planeta.
Además, deja en el aire el TTIP, muy criticado por activistas de todo el mundo y ecologistas y que Trump ya ha dicho que no aceptará, y una mejora de las relaciones con países históricamente beligerantes con los States como son Irán y Vietnam.
4 Economía
Posiblemente el mejor legado que deja Obama a su predecesor (o, por primera vez en la historia, predecesora). Y fue el reto al que más rápido hizo frente: al poco de acceder al Despacho Oval llevó a cabo un plan de estímulo de 8.300 millones de dólares (hablamos de 2009, en España Zapatero aún se estaba decidiendo si había o no una crisis). También rescató a la banca y al sector del automóvil, y el paro se ha reducido en ocho años desde el 8% a menos del 5%, lo que significa más de 14,4 millones de empleos más.
Sin embargo, y como consecuencia estructural del cambio de sistema laboral a partir de la caída de Lehman Brothers, la desigualdad no ha parado de crecer: los ricos han alcanzado un porcentaje del poder adquisitivo total que no se conocía en EEUU desde los años treinta (el 0,1% más rico poseía en 2013 más del 20% de la riqueza nacional y en 2014 el 1% poseía casi la mitad de la riqueza total del país). Y este, tal y como ha apuntado Obama, es el mayor reto al que hará frente quien le sustituya.
5 Las armas de fuego y la tensión racial
Es paradigmático que el primer presidente negro de la historia de EEUU haya sido uno de los que más ha sentido la presión de la tensión racial, sobre todo precisamente del sector afroamericano. Y tienen motivos. Y es que ser negro multiplica por cinco la posibilidad de que la policía te mate en EEUU, incluso estando desarmado (como lo estaban el 32% de los negros y el 25% de los latinos e hispanos asesinados por la policía en 2015). Aunque los varones afro-americanos de entre 15 y 34 años sólo representan el 2% de la población estadounidense, en 2015 supusieron más del 15% de las víctimas de la policía. Y, aunque los afroamericanos suponen el 13% de la población total de EEUU, fueron el 29% de asesinados por la policía el pasado año. En 2016, el problema, lejos de solucionarse, ha aumentado con 123 negros muertos desde enero hasta agosto (de un total de 509 asesinatos). Para más inri, el 97% de los agentes involucrados en un asesinato de estas características salió con total impunidad, lo cual apela directamente a un Obama que ha manifestado en numerosas ocasiones lo consternado que se encuentra por estos hechos. Por desgracia, eso no arregla nada. Con un futurible nuevo presidente del perfil de Donald Trump, el problema parece no haber tocado techo.
Además, y relacionado con una sociedad cada año más sumida en una cultura de la violencia, Obama tampoco ha conseguido parar el reguero de muertes causadas por arma de fuego en el país americano. De hecho, pese a su interés de poner trabas a la venta de armas, ha admitido que poco puede hacer contra el poder de lobbies como la Asociación del Rifle. El resultado: 31 muertos en homicidios con armas por cada millón de habitante (es decir, la increíble cifra de 27 al día), mientras en otros países la probabilidad de morir víctima de un disparo son las mismas que de morir en EEUU en accidente aéreo (Alemania) o de que te caiga un rayo (Japón).
6 Inmigración
Pese a las promesas realizadas en camapaña y tras ser elegido presidente, la administración Obama ha deportado a más inmigrantes ilegales que su predecesor Bush, superando los dos millones y medio. "Les garantizo que tendremos, durante el primer año, una ley de inmigración que apoyaré firmemente", se atrevió a decir. Sin embargo, y aunque detuvo la deportación de los hijos de inmigrantes sin papeles, la Corte Suprema de EEUU bloqueó la reforma migratoria de Obama, ante lo cual dijo que "nos aleja aún más del país que aspiramos a ser".
Sin duda, el empeño puesto por el mandatario en favor de los inmigrantes ilegales es una piedra sobre la que Clinton podría construir una buena política migratoria, pero tan endeble que Trump no necesitaría ni tumbarla, pues la reforma migratoria que prometió es inexistente.
En general, "desilusión" es la palabra que más representa los ocho años de Obama (o, como dije, casi pero no). En un país como Estados Unidos, con las acciones del presidente tan condicionada por una mayoría en las dos cámaras que representan la soberanía nacional, el cambio que prometía el exsenador por Illinois se antojaba difícil, al igual que se apela a ello para decir -con razón- que Trump no conseguiría llevar a cabo sus medida más polémicas. Sin embargo, la política llevada a cabo por Obama ha estado llena de gestos que allanan el terreno a su predecesor. Y sólo por ello, el hawaiano ya cuenta con un gran respaldo de la ciudadanía estadounidense, contando con cotas de apoyo muy superiores a las de Clinton o Trump.