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El nuevo líder de VOX Madrid, contra la "agenda gay": "Se les ve como víctimas, se jalea su poder como nuevas reinas del baile"

José Antonio Fúster exponía en 2012 que ningún partido se oponía entonces a los derechos del colectivo.

El nuevo líder de VOX Madrid, contra la "agenda gay": "Se les ve como víctimas, se jalea su poder como nuevas reinas del baile"

VOX ha nombrado a José Antonio Fúster como líder del partido en la Comunidad de Madrid en sustitución de Rocío Monasterio. A pesar de su recién nombramiento, Fúster es ampliamente conocido, puesto que ejerce como portavoz nacional del partido y ha sido periodista, fundamentalmente vinculado al Grupo Intereconomía.

Entre sus escritos, abarca todo tipo de temas, entre ellos, el derecho al matrimonio igualitario o de las personas LGTBI a formar una familia, en lo que ha denominado como una "gigantesca operación de marketing". Así lo expresaba en un artículo escrito en 2012 bajo su firma en Bitácorapi, una plataforma que se arroga "disentir del discurso cultural dominante y los cánones laicos".

Una "gigantesca operación de marketing"

El nuevo líder de VOX en Madrid considera que la aprobación del matrimonio (que entrecomilla en sus escritos como un término no válido) "concluye en España la gigantesca operación de marketing en marcha en 1989 en Estados Unidos" en lo que denomina la "agenda gay" para "mostrar a los gays como víctimas y no agresores desafiantes", "conseguir que los homosexuales parezcan los buenos", que "hacer que aquellos que los victimizan parezcan malos" y que todo "el dinero para esta gigantesca operación de marketing salga de corporaciones públicas".

Fúster escribía en el texto que la estrategia era similar al "método para cocinar una rana", en la que se "pone una rana en agua fría y calienta poco a poco para que no se note que la estás cocinando". "Ahora mismo, no hay partido político de relieve en Europa, salvo en Polonia, que se permita una opinión contraria a la homosexualidad", añadía en el texto, publicado en 2012.

En su articulo relataba que la lucha había cambiado desde las batallas como Stonewall hasta la búsqueda de la normalización en espacios como las series o la publicidad, como aquella en la que Rocío Monasterio pidió vetar a VIPS por anunciar a una pareja homosexual. "Se trata de conseguir, con mucha mano izquierda y buena presencia, que el estadounidense medio (el español medio, por extensión) llegue a pensar que la homosexualidad sólo es un opción más, otra cosa, y se encoja de hombros".

"En el ínterin, al imperativo de que el homosexual se presente como víctima, es decir, hacerle aparecer como el bueno de la película, se le une de forma decisiva señalar a la resistencia antigay como unos tipos malos y desagradables. Los homófobos. Esto desactiva cualquier posibilidad de rebelión de una parte importantísima de la sociedad que opta por mostrarse indiferente mientras otra parte no despreciable jalea con insistencia el poder de los homosexuales, las nuevas reinas del baile", continuaba el líder de VOX.

"Lobby gay" y "agenda gay" contra Aquilino Polaino o el obispo de Alcalá

Con todo ello, Fúster hablaba de lo que calificaba como "control de la escena pública a la que había llegado el lobby gay", exponiendo como ejemplo que un político se alzara como máximo defensor de la integración del colectivo LGTBI sin conocer en primera persona qué supone dicha discriminación para abordarlo.

En su escrito también defiende figuras como Aquilino Polaino, que afirmaba que los gays son hijos de padres "hostiles y alcohólicos", al ex obispo de Alcalá, Reig Pla, que aseguraba que los gays tienen como resultado el "infierno" o el ex juez Ferrín Calamita, inhabilitado en 2009 por prevaricación y que fue sentado en el banquillo en 2023 acusado de humillar a un matrimonio de lesbianas al que retrasó una adopción.

De todos ellos, el líder de VOX en la Comunidad de Madrid defiende que han "sufrido" otro punto de la que llama "agenda gay", del que menciona el "discurso de odio a todo lo que no sea la promoción activa de la normalidad de los homosexual sin que los valores culturales, tradicionales o religiosos, ni siquiera las reglas de la cultura dominante, puedan ser invocados para justificar cualquier forma de discriminación".

En el caso de Polaino, le presentaba como víctima de una "cacería", mientras que a Ferrín Calamita como una persona a la que "la agenda gay le pasó por encima". Tampoco faltaba mención a Reig Pea, a quien decía que el "homosexualismo político crucificó sin oposición" tras un "sermón sobre la necesidad de una profunda reforma moral de España, la corrupción de la infancia y de la juventud a través de ideologías de la sexualidad que invitan a la promiscuidad y que encuentran el infierno (con minúscula)".

"Pero el sermón no era importante. Al obispo Reig le estaba esperando la agenda gay desde que hace nueve años fuera el primer obispo en definir la cultura gay: "'El fin último al que desea llevarnos el lobby gay: una civilización gay donde sea universalmente aceptada y practicada la homosexualidad o, al menos, la bisexualidad'", zanjaba entonces Fúster.

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