Aún sigo sorprendido e indignado tras sufrir la nueva normativa que se ha impuesto desde RENFE Cercanías y que, lejos de facilitar la experiencia del pasajero, se la complica robándole tiempo y dinero, algo que, a decir verdad, lleva haciendo durando los últimos tiempos.
Soy asiduo usuario del transporte público de Madrid, especialmente de su red de Metro. Vivo en el centro, por lo que cada mes recargo mi abono transportes de la Zona A. Sin embargo, por razones familiares, cada sábado debo utilizar el Cercanías para viajar hasta Guadalajara. Y ahora se han empeñado en convertir estos trayectos en una odisea que comienza desde el momento de adquirir el billete.
Al disponer del abono transportes de la Zona A, en las taquillas de Atocha tengo que adquirir el billete hasta Guadalajara con la diferencia de zonas, ya que mi destino es Zona E 1. Debate aparte es por qué esta operación no se puede realizar en las máquinas teniendo que esperar largas colas ya que habitualmente sólo se encuentra un trabajador o trabajadora en las taquillas de venta de billetes.
Hasta hace no tanto, en la misma estación de Atocha podía comprar el billete de ida y vuelta teniendo en cuenta mi abono de Zona A. Pero hace varios meses, por algún motivo que no alcanzo a comprender, ya no está permitido, por lo que, en los casos de las personas que viajamos más allá de nuestra zona, sólo nos permiten comprar el de ida y después en nuestra estación de destino, el de vuelta cuando queramos volver, haciéndonos perder, una vez más, el tiempo. Pero eso también es otra cuestión.
¿Cuál es la finalidad?
Como decía, el pasado sábado viajé hasta Guadalajara. Tras aguantar todos los inconvenientes anteriormente citados, fue a mi vuelta a Madrid cuando me topé con, al parecer, una nueva normativa que se aleja de toda lógica. Como de costumbre, en la estación de Guadalajara compré en las máquinas mi billete hasta Vicálvaro, dado que al tener la tarjeta de transportes de la Zona A, con ella puedo finalizar el viaje desde Vicálvaro a Atocha.
Cuál fue mi sorpresa cuando, al tratar de salir de los tornos de la Estación de Atocha con mi abono, las puertas no abrieron. Tras intentarlo en varios, me acerqué a la taquilla, donde tras esperar largo rato (como he dicho, suele haber un único trabajador), me anunciaron la nueva normativa a la cual aún no le encuentro explicación.
Según me explicó el taquillero, a partir de ahora, las personas que viajemos más allá de nuestra zona tendremos que bajarnos en la estación que la limita para picar el billete con las zonas extras y entrar, ya sí, con nuestro abono. Es decir, que en mi caso, al volver de Guadalajara, tendría que haberme bajado en Vicálvaro dejando ir el tren que había cogido, salir en los tornos picando el billete adquirido y volver a entrar picando esta vez mi abono transportes y esperar al siguiente tren.
Una pérdida de tiempo absoluta. Y ya no solo eso. ¿Qué pasa con las personas con movilidad reducida? ¿Hay que obligarlas a montar y subir de los trenes para picar billetes que ya han pagado y que le aseguran su viaje? ¿Cuál es la finalidad? Solo se me ocurre que, además de robarnos el tiempo, también pretendan robarnos el dinero, ya que aquellos que, como yo, viajen puntualmente más allá de su zona, acabarán comprándose el trayecto completo a pesar de disponer del abono de su zona para así no tener que perder (más) el tiempo.