Casi 30 años después del asesinato de las niñas de Alcàsser, el juez ha decidido su reapertura en busca de nuevas pesquisas sobre una de las desapariciones más mediáticas que han protagonizado la crónica de sucesos en la historia reciente de España.
El magistrado ha pedido volver a analizar la moqueta en la que fueron envueltos los cuerpos sin vida de las niñas Desirée, Toñi y Miriam. El objetivo es hallar rastros genéticos que no fueron encontrados en las inspecciones previas. Se da la circunstancia de que en las pruebas que recoge el sumario no hay un solo vestigio genético que ahora el juez quiere hallar.
La moqueta con la que se enrollaron los cuerpos será enviada al instituto de toxicología de Madrid. Además, en este nuevo análisis también se van a estudiar los papeles apelmazados que aparecieron en la escena del crimen y que no se pudieron descifrar en su día.
El análisis será realizado por un laboratorio privado de Madrid, que buscará datos sobre una posible entrada en la discoteca Colours o un billete de autobús. El juez intentará ahora averiguar algo más sobre el caso con las nuevas técnicas de análisis que se encuentran a su disposición.
Dicha prueba ha sido acordada a petición de la Asociación Laxshmi para la lucha contra el crimen, que ejerce como acción popular en la causa. Esta asociación ha impulsado los análisis pertinentes y que podrían arrojar nuevos datos sobre el caso.
La asociación pide un impulso procesal
La organización ha pedido al Juzgado de Instrucción 6 de Alzira, que lleva la investigación del caso, que dé un impulso procesal a las pruebas acordadas y todavía pendientes de resultados, que están dirigidas a la búsqueda de evidencias de sangre, semen y ADN en distintas muestras y restos del crimen de las tres niñas.
Durante los últimos meses, esta acusación ha promovido el análisis de pelos y otros posibles restos forenses en los vehículos de Miguel Ricart, que en 1997 fue condenado a penas que sumaban 170 años de prisión por el triple crimen y que se encuentra en libertad desde 2013, y Antonio Anglés, todavía buscado por los asesinatos de Toñi, Miriam y Desirée.