Norm Self ha nacido de nuevo. Así es como se podría definir el cambio de este hombre que, procedente de una familia conservadora en su natal Carolina del Norte, cambió su vida como cura por una carrera meteórica como actor porno que ya cumple dos años. Con una salida del armario de por medio.
Pero vayamos por partes. Los inicios de Norm en la Iglesia se produjeron con tan solo 18 años, cuando prometió dedicarse por completo a la religión y se unió al clero. Poco a poco fue cogiendo relevancia y finalmente se transformó en sacerdote de la congregación local.
Con 20 años se casó con una mujer, algo que contempla la Iglesia en Estados Unidos y permaneció junto a ella hasta los 48 años. El motivo de la separación: fue consciente de que no estaba siendo feliz, tal y como relata Irish Mirror.
Aquí empezó un periodo de aceptación que duró prácticamente 12 años en los que Norm Self no conseguía ubicarse. Su educación conservadora y la falta de conocimiento sobre la homosexualidad le dificultaban aceptar su orientación.
Sin embargo, pasada la sexta década de su vida, Self empezó a conocerse. Con un ascenso en la jerarquía eclesiástica local, tuvo la oportunidad de recibir a varios hombres homosexuales que le preguntaban qué camino tomar respecto a la religión. Y llegó un día en el que Self espetó: "¿Sabes qué? Soy un hombre gay".
Cambio de vida
A partir de entonces, Norm Self empezó a cuestionarse todos los pilares que habían regido su vida durante tantas décadas y, por fin, empezó a comprender que su orientación sexual no representaba nada negativo.
Así que, finalmente, abandonó su papel en la Iglesia a la que había dedicado prácticamente su vida: "Mi problema con la Iglesia es que considera raro que el sexo sea tratado como una parte alegre de la vida espiritual", ha asegurado en una entrevista emitida en el documental 'OAPS On The Game: The Sex Business', de Channel 5.
Sin embargo, no ha abandonado su fe. De hecho participa en la Body Electric School, una organización que se encarga de integrar la libertad sexual junto con la espiritualidad y en la que ha encajado a la perfección.
Su vida en el porno
El análisis que Norm Self ha realizado le ha llevado a concluir que la sociedad necesita liberarse de los tabúes que todavía encierra la sexualidad. Y, según él, una forma de ejercer ese activismo ha sido estrenarse en el porno: "Debemos eliminar de la conciencia social las connotaciones negativas que se atribuyen a la sexualidad, y reemplazar esta visión por un mensaje en el que seamos conscinete de que tenemos derecho a disfrutar de la alegría erótica y la dicha", ha confesado al diario HuffPost.
Su vida ha cambiado por completo y, de hecho, asegura que está viviendo su auténtica primavera sexual con 85 años: "Mi yo de 85 años es más vibrante que mi yo de 45 años. Es como si mi energía erótica se hubiera apoderado de mí y me habitara", ha afirmado en una entrevista con el Daily Mail.
El exsacerdatoe asegura que nunca cobra por sus películas y que fue un 'ex' quien le convenció para entrar en la industria: "Todo comenzó cuanod mi pareja me preguntó si querría ir a ver el rodaje de una película. Yo acepté y, de repente, me llamó mucho la atención todo lo que allí ocurría. Me sentí como si estuviera en una fietsa, es una de las cosas que más admiro de hacer porno".
Norm no se arrepiente del tiempo perdido, más bien al contrario, considera que su edad representa una oportunidad: "He escuchado de 'autoridades' acreditadas que los jóvenes son fisiológicamente más capaces de tener relaciones sexuales con mayor frecuencia. No discutiría eso. Pero por mi experiencia y los testimonios de otros hombres mayores, diría que más no es necesariamente mejor. De hecho, en muchas áreas de la vida, incluido el sexo, envejecer puede aportar todo tipo de sutilezas deliciosas y hacer la vida más rica y plena".
Ahora, reivindica su manera de entender la sexualidad y se cuestiona: "¿Por qué hay que esconderse para hacerlo en vez de convertirlo en una experiencia liberadora y de unión con los demás?".