A lo largo de la historia, el maquillaje ha sido una herramienta de belleza utilizada tanto por hombres como por mujeres. Desde los faraones del antiguo Egipto, que daban color a su rostro para mostrar su poder, hasta los nobles del siglo XVIII que llevaban la tez pálida para denotar su clase aristócrata, los hombres también se han valido del maquillaje para mejorar su apariencia.
A día de hoy, todo esto ha cambiado, por desgracia. El maquillaje ha pasado a ser un producto considerado exclusivo de mujeres; en todo caso, se "acepta" que los presentadores de televisión o actores usen maquillaje para su trabajo, pero poco más. Además, deben maquillarse de tal forma que parezca que no se han maquillado. Por supuesto, nada de sombras, rímel en exceso o un contorneado demasiado agresivo, porque todo eso es solo para las mujeres.
Quizás es por eso, por considerarse algo exclusivamente femenino, que el maquillaje se encuentra tan desprestigiado. Lo tachan de "engaño", de "farsa", y no se aprecia como el arte que realmente puede llegar a ser. Porque, pese a que muchos no lo crean así, el maquillaje es una forma de arte, y puede llegar a ser tan impresionante como cualquier otro tipo de expresión artística. No es solo un adorno, sino que puede llegar a ser mucho más si es moldeado por las manos correctas. Estamos acostumbrados a asociar maquillaje con ese delineador que usamos corriendo antes de salir de casa, pero también existe el maquillaje artístico.
El maquillaje artístico no está pensado para salir a la calle, o para realizar actividades rutinarias. Es un maquillaje que, normalmente, se enfoca a actividades como la fotografía, el cine o cualquier otro tipo de espectáculo. Requiere horas de trabajo, y una de sus modalidades más conocidas es la caracterización cinematográfica.
James Charles será el nuevo embajador de Covergirl
Pero dejemos ese debate para otro día, puesto que podría dar para largo, y volvamos al hecho de que el maquillaje sí fue cosa de hombres en el pasado y, por supuesto, debería volver a serlo. Y en Covergirl lo saben. Es por eso que han nombrado a James Charles como nuevo embajador de su marca. Con tan solo diecisiete años, Charles cuenta con más de cuatrocientos veinte mil seguidores en Instagram, y unos setenta mil suscriptores en YouTube, y es capaz de hacer con el maquillaje obras de arte como la siguiente.
Katy Perry, otra de las embajadoras de la marca, fue la encargada de presentar oficialmente a Charles como su nuevo compañero de trabajo. El chico se presenta a sí mismo como "aspirante a maquillador", aunque, teniendo en cuenta lo que es capaz de hacer, quizás debería eliminar el "aspirante" de su vocabulario. Porque si ahora mismo es un aspirante, ¿qué será capaz de hacer cuando pasen los años, gane experiencia, y hable de sí mismo como un maquillador profesional?
Charles lleva tan solo un año usando maquillaje en sí mismo. Antes de eso, se dedicaba a maquillar a otras personas. Pero, en un momento dado, se planteó por qué no empezar a maquillarse él dado que le gustaba tanto este mundo. Y fue todo un acierto comenzar a hacerlo, sin lugar a dudas. Ahora se encuentra a las puertas de presentar una campaña de Covergirl por sí mismo, la de la nueva máscara de pestañas "So Lashy".
En el comunicado de prensa de la empresa, anunciaron así su incorporación al grupo de trabajo: "Todas nuestras Covergirls son modelos a seguir que rompen con los límites, expresándose sin miedo, pronunciándose por lo que creen y redefiniendo lo que significa la belleza. James Charles no es la excepción". Así, con dos sencillas frases, la marca está sembrando un precedente: los hombres comienzan a ver cómo las puertas del mundo del maquillaje se abre ante ellos.
Charles no lo tendrá fácil, y no por falta de entusiasmo o dotes, sino porque es un hombre que ha decidido que el maquillaje no es solo para mujeres. Esto provoca la crítica tanto de hombres como de mujeres, puesto que ambos le tachan de "afeminado". No obstante, el problema no es de Charles, y eso él lo sabe bien. El problema lo tiene aquel que todavía cree que hay "cosas de hombres" y "cosas de mujeres".
James Charles se une así a la lista de hombres que se han adentrado en el mundo del maquillaje, y han conseguido sobresalir gracias a sus increíbles dotes como maquilladores. Por ejemplo, Patrick Starr, un influencer de Instagram cuyos maquillajes son, sencillamente, maravillosos. No hay otro adjetivo para describirlos.
Quizás el mundo esté cambiando, poco a poco, y la sociedad esté aceptando que eso de los roles de géneros no es más que otra imposición absurda que debe ser eliminada. Porque ni el maquillaje es de mujeres, ni los pantalones eran de hombres, ni hay trabajos que se le den mejor a un género o a otro.