Empezar a consumir porno a edades demasiado tempranas puede provocar que los menores no desarrollen su sexualidad de manera correcta y que en su vida adulta no puedan tener relaciones sexuales sanas. La pornografía no debe convertirse en un manual del sexo para los más pequeños, y esto supone un problema aparentemente difícil de prevenir.
Los menores de edad disfrutan cada vez más de un acceso libre a Internet. Según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la SI (ONTSI), el 92,4% de los menores utilizan el ordenador, y el 95,1% lo hacen con acceso a Internet. Además, siete de cada diez niños de entre 10 y 15 años tienen un teléfono móvil, lo que supone el 69,8%, según el INE.
Menores con acceso libre a Internet
Es este el motivo que explica que los niños españoles comiencen a ver porno con solo diez años. Algunos lo hacen de manera accidental, cuando al descargarse un juego o una película, o al hacerlo en streaming, les salta un banner de contenido sexual. Pero en muchas otras ocasiones lo hacen por simple curiosidad.
El 90% de los menores entre 13 y 14 años asegura haber visto porno alguna vez. Son estas unas edades conflictivas, pues al inicio de la adolescencia la mayoría de los jóvenes comienzan a inquietarse por su sexualidad y sienten la necesidad de experimentar con ella. Pero ver porno no es la mejor opción para hacerlo, porque el menor puede hacer que se normalicen algunas actitudes dañinas y creerse los estereotipos erróneos que la mayoría de las veces aparecen en los vídeos porno disponibles en la red.
En este sentido es importante que los padres hablen de sexo con sus hijos para evitar que la pornografía online sea su escuela sobre sexo y que esto influya en el concepto machista sobre la mujer como objeto de uso para la satisfacción del hombre. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, 269 personas de las 2.549 condenadas en 2017 por delitos sexuales eran menores de edad. Lo que quiere decir que el 11% de los condenados en España no llegaban a los 18 años. Además, en el 99,6% de los casos, incluidas violaciones, agresiones y abusos sexuales, los agresores fueron chicos.
Cómo prevenir la adicción al porno de los niños
Las cifras son preocupantes, y por esto la Fundación ANAR ha publicado una serie de consejos para intentar evitar que los hijos terminen siendo adictos al porno. Para poder conseguirlo es recomendable hablar abiertamente sobre sexualidad con los hijos, pactar un tiempo de uso del móvil para evitar que dejen de hacer otras tareas importantes, alertarles de los enlaces sospechosos e incluso instalar en los dispositivos sistemas de control paternal. Eso sí, siempre evitando que estas herramientas hagan todo el trabajo de control que le corresponde a los padres.
También se advierte de que el uso del móvil y del ordenador no debe ser privado para los más jóvenes. Si se observa que los hijos están demasiado enganchados a las pantallas de sus móviles y la situación se vuelve preocupante, puede ser efectivo restringir el uso del wifi a las zonas comunes de la casa. Pero sin duda, lo más eficaz será mostrarse accesible con los pequeños para que ellos quieran y puedan contar sus problemas.
El principal consejo para evitar que el prematuro consumo de porno afecte en las relaciones sexuales de los menores, es enseñarles algo tan básico como que la mujer no es un objeto y que la pronografía contiene violencia de género porque se degrada a la mujer.