Luiz Gustavo Da Silva es un niño brasileño de 8 años que nació con una deficiencia auditiva y no pudo escuchar hasta los 3 años cuando le instalaron un implante coclear. A partir de la operación, llevaba un dispositivo electrónico con el que podía oír perfectamente. Sin embargo, a principios de febrero se le rompió y dejó de escuchar durante 15 días. Y es que sus padres no podían asumir la reparación porque el precio es desorbitado: 2.218 dólares.
Sin embargo, a veces las personas tenemos buenas ideas y decidimos unirnos para poder ayudar. Esto fue lo que hicieron los vecinos del pequeño, los habitantes del pueblo Bueno Brandao, que se organizaron para hacer una colecta y, a través de un sorteo, consiguieron recaudar la cantidad necesaria para arreglar el aparato que le permite escuchar a Luiz Gustavo.
Todos los vecinos decidieron comprar el aparato y se lo entregaron a Juliano, el padre del pequeño, que grabó el momento en el que entregaba a su hijo el regalo que le habían hecho sus vecinos. El momento es muy emotivo porque Luiz Gustavo no puede evitar llorar al darse cuenta de que puede volver a escuchar a sus padres y amigos y mantener una conversación con ellos.
Su pasión es la música
"Luiz Gustavo pasó unas semanas sin poder escuchar, pero para él fue como una eternidad. El momento en que pudo escuchar mi voz de nuevo no tiene precio", relataba Juliano a los medios locales. Y es que una de las pasiones de Luiz Gustavo es la música: "se sube al coche y quiere escuchar música, llega a casa y quiere escuchar música. Y cuando el aparato se rompió, no quería hacer nada ni acudir al colegio", explicaba el padre.
A pesar de la alegría de toda la familia y del propio Luiz Gustavo, este sólo puede escuchar por un oído, ya que el coste de la cirugía y el segundo aparato es de más de 20.500 dólares. Por eso iniciaron una campaña de crowdfunding para conseguir el dinero y que pueda escuchar bien al 100%. Juliano quiso dar las gracias a sus vecinos por conseguir que su hijo pueda volver a estar integrado, porque como asegura, el pequeño se siente muy aislado cuando no puede escuchar.
