"Sé cantar desde que tengo uso de razón". Con esas palabras, Reuben de Maid, un pequeño de doce años con una voz más que prodigiosa, ha acudido al programa de Ellen DeGeneres para relatar su dura experiencia
A pesar de todo su talento, este pequeño tiene una aficción que le ha costado un fuerte sufrimiento: maquillarse. Durante la entrevista, ha relatado el maltrato diario al que le sometieron sus compañeros de colegio por acudir a su colegio con la cara maquillada, algo que hizo que contase con pocas amistades y que la mayoría de su clase se alejase de él.
La afición por el maquillaje comenzó desde joven. Desde los ocho años empezó a ver videotutoriales y comenzó a adquirir un gran conocimiento sobre todas las técnicas de manera autónoma. Comenzó maquillando a su hermana y terminó maquillándose a sí mismo. Las imágenes dan buena muestra de su gran habilidad.
Sin embargo, cuando comenzó a acudir al aula maquillado, el joven comenzó a sufrir golpes por parte de sus compañeros. Un acoso que le obligó, finalmente, a tener que cambiar de centro escolar. "Estoy orgullosa de que jamás hayas dejado de ser tú mismo", le espetaba la presentadora Ellen DeGeneres ante los aplausos de todo el público.
Cuando crezca, este niño tiene muy claro hacia dónde quiere enfocar su vida: el mundo del maquillaje. Con tan solo doce años tiene especialmente parece tener bastante claro lo que quiere hacer con su vida, una madurez temprana que, seguramente, ha sido motivada por la dura experiencia que ha tenido que enfrentar.
Además, Reuben ha mostrado su interés por continuar en los escenarios. "Le rogué a mi madre que me comprara un karaoke hasta que me lo compró". La voz de este joven pone los pelos de punta. Preguntado sobre dónde ha recibido este talento, contesta: "mi madre y mi abuela cantan, pero mi padre no. Realmente no lo sé, pero creo que viene todo de mi lado materno".
Ellen DeGeneres ha publicado en Facebook: "Me encanta este chico de Gales: su voz, su forma de ser, su singularidad. Todo."
Algunos de los espectadores han relatado que este testimonio les ha ayudado a la hora de enfrentar situaciones similares con sus hijos. ¿Falta visibilidad?
Por otro lado: ¿Por qué tuvo que cambiarse de centro escolar y el colegio no actuó en contra de este acoso que recibió, recordemos, por el simple hecho de maquillarse? Esa es parte de la desprotección a la que diariamente se enfrentan muchos menores LGTBI en sus escuelas a diario. Aún faltan protocolos en algunos centros para evitar que este tipo de situaciones puedan reproducirse. Mientras tanto, nos quedamos con la voz y la simpatía de este joven que ha sabido ofrecer una buena cara ante la experiencia tan dura que ha tenido que afrontar.
