Las niñeras son muchas veces parte fundamental para padres y madres; aunque, en este caso, la cuidadora que protagoniza este suceso no es precisamente un ángel. De hecho, este matrimonio llevaba tiempo sin fiarse mucho de ella y, por eso, decidió instalar una cámara espía para observar qué hacía con su hija durante su ausencia. Lo que descubrieron no les iba a gustar nada.
La protagonista es una niñera de 30 años que cuidaba de una bebé de tan solo 16 meses mientras sus progenitores se encontraban fuera de casa, según informa Daily Mirror. Tras mucho tiempo de incertidumbre el matrimonio decidió poner una cámara para grabar todo. La sorpresa fue cuando captó introduciendo la cuidadora el bracito de la pequeña en una olla de agua hirviendo.
Desvincularse de la familia
La joven, que cuidaba de los dos niños de la familia, llevó a la niña a un hospital cercano en la ciudad de Singapur. La pequeña tenía quemaduras de segundo grado, aunque aseguró a las autoridades sanitarias y los padres que fue un accidente mientras ella cocinaba. Sin embargo, los médicos no se fiaban y trasladaron a los padres sus dudas sobre el origen de las quemaduras.
Fue en ese momento cuando los progenitores revisaron las imágenes de las cámaras y, ahí, descubrieron la mala fe de la niñera al introducir el brazo de su hija en el agua hirviendo. Según, Daily Mail, la cuidadora quería regresar a su país natal Myanmar (Birmania) y, para ello, se quería librarse del contrato que la vinculaba con la familia. Sus amigos le recomendaron que optase por esta vía, según ha declarado; mientras, la policía investiga más a fondo el caso.