Todas las mujeres que crecimos en la década de los noventa tenemos como referentes a las princesas de Disney. Princesas como Bella, Ariel o Jasmín, que si bien tenían algunas aspiraciones en su vida, todas acababan viéndose reducidas a la nada cuando encontraban a su príncipe azul. Todas eran físicamente iguales, aunque cambiando el tono de piel, pero coincidían en su delgadez y en sus facciones delicadas. Y seamos sinceras: no son los mejores referentes que podamos tener.
Cumplen hasta el extremo lo que la sociedad exige a las mujeres: que sean bonitas, que se entreguen a sus maridos y que se olviden de sí mismas. Poco a poco han ido surgiendo nuevas princesas Disney con más personalidad y fuerza, como Elsa o Rapunzel, pero siguen cumpliendo los estereotipos físicos de una princesa. Y según un estudio desarrollado por Women's Media Center y con la colaboración de BBC América, esto no es lo que las niñas necesitan. Las niñas necesitan más superheroínas como Wonder Woman y menos Cenicientas.
Durante este estudio, se ha analizado la opinión de dos millares de niños y niñas de entre 10 y 19 años. La gran mayoría se quejaba de la poca representación que tienen las mujeres en el mundo de los superhéroes, exigiendo que hubiera más mujeres fuertes en las películas que ven. No hay apenas personajes femeninos que sean valientes, fuertes y capaces, mientras que superhéroes podemos encontrar a millares.
Según señalan los responsables del estudio, "nuestra investigación demuestra no solo que existe una casi nula representación de superheroinas o referencias de mujeres fuertes para las niñas, sino que encima estas aparecen con un aspecto muy sexualizado. Todos los jóvenes con los que hablamos expresaron su deseo de ver a más mujeres fuertes con las que identificarse. Son modelos positivos con los que compararse y sentirse representado es tener poder y confianza en uno mismo".
La importancia de la representación
Hay quien aún no termina de comprender lo importante que es que tanto los niños como las niñas tengan buenos modelos a seguir en el cine y en la televisión en general. Si el único referente que tienen las niñas son las princesas "clásicas", ellas asumirán que deben ser como ellas para ser válidas; y, por desgracia, todo su valor reside en su físico o en la validación de un hombre. Son personajes bastante planos, y que no tienen ambiciones más allá de enamorarse.
En cambio, si les mostramos que pueden ser valientes, luchadoras y seguras de sí mismas, todo esto cambiará. Querrán aspirar a cosas totalmente diferentes. En esas edades son muy influenciables, como esponjas; están formando su propia personalidad, y para eso suelen basarse en personas que admiran del exterior. Así pues, necesitamos menos princesas y muchas más superheroínas.
