Una menor de 13 años ha fallecido arrollada por el metro al saltar a las vías de circulación para coger su teléfono. El suceso ha tenido lugar en las inmediaciones del metro de Nueva York, Estados Unidos, concretamente en la parada de Queens Boulevard.
Según informa The New York Daily, la menor habría tenido un accidente con su móvil y este habría caído al andén, por lo que se abalanzó de inmediato al carril para recuperarlo. Sin embargo, el convoy se acercaba justo en ese momento y el conductor del tren no pudo detenerlo a tiempo, por lo que terminó atropellándola. La joven, Dina Kadribasic, fue trasladada inmediantamente al hospital, donde falleció horas después.
La ciudad de Nueva York se encuentra consternada por el accidente, tanto que las autoridades del metro han vuelto a llevar a cabo campañas de sensibilización para alertar a la población de los peligros de saltar a las vías para recuperar los objetos perdidos.
La tecnología, una adicción mortal
El apego que hemos desarrollado estos últimos años a los aparatos electrónicos que nos rodean ha llegado a ser mortal. De hecho, el selfie, el fenómeno de autofotografiarse con el teléfono, es uno de los hechos más peligrosos de esta vertiente, y es que la obsesión por conseguir la foto perfecta y el 'like' de las redes sociales ha provocado que más de uno ponga su vida en riesgo, y en muchos casos la propia muerte.
Desde 2014 se han contabilizado 49 muertes por esta práctica, llegando al punto de superar la muerte por ataques de tiburón o por las subidas al Everest. Entre los fallecidos, cuatro fueron españoles, situándose nuestro país en el segundo a nivel europeo y cuarto a nivel mundial en las listas mortales del selfie.
No obstante, gracias a Dios, nuestro país aún no está en los niveles de la India, donde el gobierno del país ha tenido que elaborar una lista de lugares donde los selfies están prohibidos, debido al peligro de la escena.
Desgraciadamente, parece ser que esa otra vida, la de las redes sociales, ha llegado a ser más importante que la real, llegándonos a plantear asumir situaciones de riesgo por algo tan banal como una fotografía o un móvil.