El tabú de la menstruación persigue a todas las mujeres en la India. Cada 28 días se ven obligadas a ser relegadas a un segundo plano por una sociedad que considera impuro que una mujer menstrúe.
No pueden acceder al tempo, no pueden tocar alimentos, no pueden siquiera salir a la calle. La discriminación se generaliza en un país con una sociedad que aún mantiene muchas barreras sociales a superar.
Pero lo que ha sucedido esta vez ha generado, cuanto menos, conmoción en un país acostumbrado a una realidad que estremece: una niña de tan solo 12 años se ha terminado suicidando después de que su propia profesora la humillase en el aula por tener una mancha de regla en la ropa.
La pequeña denunció los hechos en su nota de suicidio, donde dejó constancia de que la maestra la había "torturado" sin mencionar ninguna causa. Fueron los padres los que tuvieron que ejercer de policías y preguntar a todos los presentes qué había sucedido. Cuando se enteraron de todo no pudieron creerlo.
Ahora, los progenitores de la niña han decidido denunciar a la profesora por inducción al suicidio. Al parecer, la pequeña había pedido ayuda después de encontrar una mancha de sangre en su vestido, pero la maestra prefirió obligarla a enseñarlo ante toda la clase mientras se reía de ella.
"A las niñas ni siquiera les dan compresas. Son preguntas que la dirección debería explicar", denuncia Dev Anand, responsable de la Oficina Local de Protección de Menores.
Un país con una sociedad muy cerrada
La India mantiene una sociedad muy clasista basada en las denominadas como 'castas', similares a los estamentos sociales del antiguo régimen en los que la población se ve encorsetada en unas condiciones de vida de las que dificilmente puede escapar.
Además, el país conserva una cultura extremadamente machista en la que las mujeres se ven sin ningún tipo de derecho y siempre relevadas a la figura de un hombre. Muestra de ello son los ataques con ácido que tanto se han generalizado y que han desfigurado a muchas víctimas por motivos que estremecen.
Las autoridades del país asiático inician tímidamente algunas reformas que, lamentablemente, no se ven plasmadas a nivel social, al menos por el momento.