Internet, a veces, es un mundo maravilloso. A pesar de todo el contenido nocivo que aloja la web, esta nos permite estar conectados con nuestros seres queridos, mantenernos informados, acceder a multitud de contenidos y pasar un buen rato a base de risas. Y estas risas, a veces, llegan en forma de meme.
Los memes se han convertido en un fenómeno cultural que han acabado por convertirse en un icono de la era en la que vivimos. Se trata de imágenes, generalmente sacadas de contexto, que pueden ir o no acompañadas de frases para hacer una broma, ironizar o enfatizar alguna idea. Como memes también se consideran imágenes animadas en formato GIF, composiciones de varias imágenes o incluso pequeño vídeos.
Aunque nacieran en Internet adquiriendo una amplia difusión a través de las redes sociales, la popularidad de estas imágenes las ha llevado fuera del terreno online convirtiéndose, incluso, en objeto de estudio, razón por la que la Biblioteca Nacional de España ha comenzado a recopilarlos por su valor documental para el futuro.
Muchos son los memes que se nos han quedado grabado a fuego en nuestra memoria y que, pasen los años que pasen, seguimos utilizando con la misma gracia que el primer día. Uno de ellos es, sin duda, el de la niña pirómana. Sí, ese en el que una dulce criaturita de cuatro años mira a cámara con cara de maligna mientras una casa es arrasada por las llamas frente a ella.
La protagoniosta de este meme se llama Zoe Roth y en el momento en el que se tomó la fotografía tenía cuatro años. Hoy tiene 18 y, como es natural, el cambio es más que notable. Nadie esperaba que esta imagen diera la vuelta al mundo convirtiendo a la menor en todo un fenómeno viral, pero, como suele suceder, la mayoría de los memes surgen de casualidad. Y esta ha sido la mejor de las casualidades.
La verdadera historia del meme
Para que quede constancia, no, Zoe no provocó aquel incendio. Era enero de 2004, la niña y su hermano veían tranquilamente la televisión en su casa de Carolina del Norte cuando su madre avisó de que una casa en la calle estaba en llamas. Dave Roth, el padre de familia, decidió reunir a todos y acercarse a observar el suceso con su cámara de fotos.
Cuando llegaron al epicentro del incendio, donde ya había reunidos varios vecinos, descubrieron que se trataba de un entrenamiento para los bomberos, por lo que las llamas estaban controladas en todo momento. La sensación de miedo desapareció y es que los bomberos, incluso, les dejaron jugar con las mangueras convirtiéndose aquello en una divertida y curiosa actividad vecinal.
Dave Roth, entonces, aprovechó para hacer forografías y una de ellas fue la de su hija frente a la casa en llamas. No reparó en la expresión de su hija y simplemente la guardó como recuerdo de aquel día. En 2007, sin embargo, compartió en la red la imagen que tituló como 'Firestarter' apuntándose a un concurso fotográfico. Ganó 100 dólares y una suscripción a la revista. Convertirse en un fenómeno fue totalmente inesperado.
