Nikolas Cruz asesinó el pasado miércoles a 17 personas en una escuela secundaria de Florida (Estados Unidos). Entró al recinto sobre las tres menos veinte de la tarde y abrió fuego de manera indiscriminada contra sus excompañeros. Y no fue una sorpresa para nadie, ya que según el diario Miami Herald, al asesino de 19 años se le llegó a prohibir entrar con mochila al centro educativo porque temían que acudiese a clase con armas.
Y es que a través de sus redes sociales mostraba todo el armamento que poseía. Colgó retratos suyos con la cara cubierta mientras empuñaba cuchillos, pistolas y hasta fusiles. En su arsenal, además, disponía de chalecos antibalas. Incluso un usuario de Youtube llegó a denunciarle ante el FBI porque Nikolas publicaba frases en las que amenazaba con matar. "Quiero matar a gente con mi AR-15", fue un aviso que acabaría cumpliendo, ya que en la masacre que perpetró en su instituto utilizó su fusil. Sin embargo, el FBI afirma que en su momento no encontró pruebas concluyentes para detenerle y evitar esta masacre.
Según se ha publicado en varios medios, Nikolas pertenecía a una organización supremacista y era una persona depresiva que no estaba bajo ningún control médico. Aunque acabó siendo expulsado por amenazar a otros alumnos con matarles y una vez destrozó a patadas una ventana del instituto, dentro del aula se transformaba: era callado y respetaba al profesor.
Nikolas era huérfano y sus padres adoptivos murieron. Su madre falleció a finales del año pasado a causa de una neumonía y su padre hace dos años por un ataque al corazón. Tras el fallecimiento de su madre, Nikolas y su hermano se fueron a vivir con un familiar, pero la relación no era buena y pidió mudarse con un amigo. La familia aceptó y se fue a vivir a casa de su compañero a finales de diciembre. El abogado de la familia que lo acogió, Jim Lewis, dijo que tenían conocimiento del armamento de Nikolas , pero que le obligaron a guardarlo bajo llave. Sin embargo, él tenía acceso al interior del armario en todo momento.
Planificó la masacre
El autor de la matanza planificó el asesinato de sus 17 compañeros con todo tipo de detalles: aprovechó que sabía cada rincón del recinto y el protocolo que se llevaba a cabo cuando había alguna amenaza. Por eso hizo saltar la alarma para que los alumos salieran de la clase todos juntos en grupo y así poder matar a un mayor número de personas. Además, lanzó botes de humo y con la boca y la nariz tapada por una mascarilla, se abrió paso para asesinar a sangre fría a quienes se encontrase por su camino.
Una vez realizó el ataque, se mezcló con los alumnos y profesores supervivientes que trataban de huir. Sin embargo, las cámaras de seguridad ya le habían identificado como el autor de la matanza. Fue detenido en un barrio cercano al instituto sin mostrar resistencia.
Un excompañero del instituto que estuvo encerrado en una clase junto con su hermano pequeño, dijo que Nikolas "era muy extraño y no quería tener contacto con nadie. Le gustaba cazar y su sueño era unirse al ejército". Además aseguró que ya había sido expulsado de dos colegios con anterioridad. Tal era su pasión por las fuerzas armadas, que se inscribió en el programa de entrenamiento de los Agentes de Reserva Junior, en el que llegó a recibir entrenamiento.
Lo que nadie se explica es que todas las personas que formaban parte de su instituto supiesen que las amenazas que procesaba a sus compañeros se acabarían haciendo reales. Nadie lo denunció.
En lo que va de año se han producido 18 asaltos a colegios e institutos en Estados Unidos. Este caso es el asalto más sangriento en el país desde 1999, cuando Eric Harris y Dylan Klebold mataron a 12 personas en la escuela secundaria Columbine. Quizá estos casos se podrían evitar si el control de armas fuese mayor en todo el país o la libre prosesión de armas se prohibiese. Una cuestión que planteó la candidata Hillary Clinton durante las últimas elecciones, pero que finalmente no se pudo llevar a cabo tras la victoria de Donald Trump.