La ex gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, ha abandonado al carrera para la nominación republicana y, de este modo, el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es el único candidato de la formación conservadora en optar a la presidencia.
La carrera de Haley en las primeras tan solo había experimentado dos victorias hasta la fecha, en el distrito de Columbia y en Vermont. La diferencia en el número de delegados era especialmente amplia respecto a Donald Trump, puesto que la aspirante tan solo obtuvo 43 respecto a los 764 de Trump.
Haley había prometido permanecer en la carrera electoral hasta el supermartes, donde finalmente Donald Trump resultó vencedor. La aspirante, cuyos padres tienen origen indio y con un pasado como embajadora de Estados Unidos ante la ONU durante el mandato de Trump, explicó que continuaba ante su compromiso de garantizar que todos los votantes se manifestaran y la necesidad de "un Estados Unidos mejor y un futuro más brillante para nuestros hijos".
La aspirante no ha brindado su apoyo al candidato Donald Trump, a pesar de que en el pasado había prometido alinearse con el candidato vencedor en las primarias del Partido Republicano: "Ahora le corresponde a Donald Trump ganarse los votos de aquellos dentro y fuera de nuestro partido que no lo apoyaron. Espero que lo haga. La política consiste en incorporar a la gente a la causa, no en expulsarla. Y en nuestra causa conservadora necesitamos a más gente que nunca", ha defendido.
Carrera republicana
Con la salida de la principal rival de Trump en las primarias, la candidatura del ex presidente de Estados Unidos hacia la presidencia queda completamente allanada, puesto que se convierte en el único aspirante dentro del Partido Republicano.
Haley era la única mujer entre los 14 aspirantes iniciales dentro del Partido Republicano. Durante su campaña ha criticado la avanzada edad de los aspirantes y exigió realizar pruebas de capacitación cognitiva para continuar en la carrera hacia la presidencia. Más tarde, viró su posicionamiento hacia las posturas más moderadas posibles para, de este modo, atraer a todo el votante conservador que ha expresado su temor al discurso del ex mandatario.
Este proceso tiene el objetivo de encarar las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, que se celebrarán el 5 de noviembre y en las que repetirán nuevamente los mismos candidatos que ya se enfrentaron en el proceso de 2020, Donald Trump por el Partido Republicano y Joe Biden por el Partido Demócrata. Entonces, Biden descabalgó de la presidencia a Trump, en una victoria que derivó en el asalto del Capitolio por parte de sus seguidores y que se ha situado desde entonces en el foco de los tribunales.
