222 millones de euros. Esa ha sido la llamativa cifra con la que el Paris Saint Germain (PSG) ha cerrado el fichaje de Neymar, que abandona el club azulgrana antes de que termine su contrato.
La cifra coge cuerpo cuando la comparamos, por ejemplo, con el presupuesto destinado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la lucha contra la pobreza infantil en nuestro país: 100 millones de euros, lo que hace que el fichaje del brasileño sea de más del doble.
La pobreza infantil es una lacra actualmente en España, que ha convertido al país ibérico en el tercer Estado de los 41 más ricos del planeta con mayor problemática de este tipo.
Prueba de ello son los constantes informes de organizaciones como Unicef, que han destacado "la elevada pobreza severa" y el crecimiento de la "desigualdad" de manera flagrante. Algo que se palpa en todas las edades.
La escandalosa cifra también tiene algunas comparaciones odiosas, como que representa todo el presupuesto que España está dedicando a la acogida de refugiados, en un drama que está dejando a muchas personas ahogadas en pleno Mediterráneo por escapar de una muerte segura en países en conflicto.
El traspaso de Neymar promete ser uno de los más caros de la historia del fútbol internacional, posiblemente el más caro al superar en más de 100 millones el de Paul Pogba por el Manchester United.
Una cifra que será superior a todo lo que invierte el Gobierno en deportes de manera anual, al gasto en ayudas al cine español (2,6 veces) o en lo destinado a ayudar a personas con diversidad funcional (discapacidad).