El Netflix & Chill ha quedado en segundo plano a la hora de utilizarlo como excusa para ligar o insinuar poder tener relaciones sexuales. Posiblemente el momento de llegar a casa, tumbarse en el sofá con una manta y ponerse una serie o una película sea uno de los más esperados para muchas parejas. Lo cierto sobre este hecho es que puede ser que esté matando la vida sexual de esas parejas.
Existe un símil donde se comparan las cuatro patas de una silla como si fueran los cuatro pilares fundamentales de una relación: amor, ocio, comunicación e intimidad. Son muchas las parejas que consideran que mientras ven una serie o película es el momento para contarse el día y afianzar la relación y la comunicación entre ellos para crear complicidad, pero realidad es que Netflix acaba arrebatando ese tiempo de calidad.
Tener una pantalla delante lo único que hace es provocar que no se preste atención a la pareja, perdiendo así el único momento del día para la comunicación entre los dos. En consecuencia, el poco tiempo que queda al final del día, ya no es que ni siquiera se dedique a hablar, sino que no deja espacio a que puedan entrar ganas de tener sexo. El tiempo que ocupa el querer ver la serie, más el cansancio añadido del desgaste del día, hace que la única preocupación sea irse a dormir con una serie de fondo.
¿Los jóvenes no quieren sexo?
Un estudio publicado por el Wall Street Journal en 2019 mostraba que en los últimos tres años se había producido una disminución de la vida sexual y un aumento equivalente al consumo de Netflix. Es decir, la gente se scostaba menos y veía más series y películas. Es más, ese mismo estudio recogía que un 36% de los jóvenes de entre 18 y 38 años encuestados dijeron que preferían antes ver Netflix que tener sexo.
El estrés diario, el trabajo o los varios años de una relación son factores que pueden hacer notar esa pérdida del apetito sexual. Algo que solo se ve reforzado si se suma el ver una serie o una película al final del día. En todo caso, siempre han existido estampas como el quedarse dormido viendo Netflix en vez de que salte el mensaje "¿sigues ahí?" porque la pareja no estaba prestando mucha atención mientras hacía otras cosas.
Las maneras de combatir este panorama son establecer un límite a las series que vemos cada semana, o bien dedicarle unos pocos días. Aunque parezca contradictorio, si después de un largo día, la pareja se va directamente a la cama y está un rato charlando sobre cómo ha ido el día, hay más posibilidades de que acaben teniendo sexo que si se quedaran en el sofá mirando Netflix.