Los grupos de ideología neonazi han surgido en varios países de Latinoamérica, entre ellos Perú, México Brasil. Y, entre ellos, tampoco falta uno de los más fuertes, el grupo Tercera Fuerza de Colombia, una organización neonazi que ha protagonizado varias manfiestaciones y agresiones por todo el país. Su líder y fundador, Armando Valenzuela Ruiz, se ha convertido en todo un icono para sus seguidores, que le llaman como el "baluarte para la lucha nacionalsocialista".
Los integrantes de Tercera Fuerza se consideran como lo que se llama 'raza aria', aunque físicamente podrían no ser considerados como tal. Así se puede comprobar en uno de sus actos con mayor repercusión: una multitudinaria celebración del cumpleaños de Adolf Hitler en un recinto vestido con todo tipo de simbología nazi.
La mayoría de sus objetivos se sitúan en la población LGTBI, judíos y, ahora, también en el incipiente odio que está surgiendo en el país hacia los migrantes procedentes de Venezuela, un estigma que se está extendiendo a varios países de la región (en Venezuela, por cierto, también existe otra formación neonazi, llamada Orgullo Criollo).
La tradición ultraderechista de Armando Valenzuela Ruiz viene de largo. Él fue el responsable de fundar, a mediados de la década de 1980, el Movimiento de Restauración Nacional (Morena), impulsado por grupos paramilitares y colaboradores como Iván Roberto Duque y Fernando Vargas Quemba. Años después y bajo el objetivo de las autoridades, el grupo terminó reconvertido como Tercera Fuerza, nombre que ha pervivido desde entonces.
El grupo, en la actualidad, afirma que cuenta con 8.000 integrantes. Hay dudas sobre si ha alcanzado tal cifra realmente, pero son los suficientes para instaurar el terror en las calles de Bogotá, donde suelen hacer rondas ataviados con botas negras y levantan a patadas a indigentes, miembros del colectivo LGTBI y se enfrentan a miembros de los Rash, uno de los grupos antifascistas más activos. En algunas movilizaciones cantan el 'Cara al sol' español y tararean 'las banderas al viento', en alemán 'Horst Wessel Lied', el himno del partido Nazi.
La fuerte legislación contra los delitos de odio que mantiene el Código Penal colombiano ha sido clave para frenar en cierta medida la acción de estos grupos, pero se mantienen muy activos en redes sociales. El código, por otro lado, mantiene una reglas estrictas.
Para acceder a Tercera Fuerza, según sus preceptos, se exige a personas "correctas, alejadas de los vicios, con una vida ejemplar, que al menos estudien o trabajen, sin antecedentes penales ni escándalos públicos", según sus preceptos. El objetivo: seguir unas estrictas normas que levanten poco el interés de las autoridades y permitan realizar sus particulares actos con la mayor impunidad posible.
Algunos de sus puntos de reunión en público se suelen producir en lugares clave: el conocido bar Spoldin del centro de Bogotá, en locales de la Avenida Primero de Mayo o en el Barrio de Santa Isabel. Pero no son los únicos
Hasta nueve grupos neonazis en Colombia
Las autoridades colombianas han detectado otros nueve grupos de carácter neonazi operando en Colombia: Alianza Social Patriotas, el Comando Radical Nacionalista, Comando Unión Nacional Socialista de Colombia (UNSC), Hermandad Nacionalista, Trinchera Nacionalista, Escuadrón Nacionalista 88, Sol Negro, Alternativa Falangista de Colombia y Lobos Blancos.
El más numeroso, sin duda, es Tercera Fuerza. Todos ellos cuentan con un pastiche de argumentarios que se fundamentan en los preceptos de organizaciones religiosas ultranacionalistas, como la Sociedad Colombiana en Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad; considerado como el movimiento cívico-anticomunista de inspiración anti-comunista más grande del mundo.
Los grupos más incontrolables y que levantan el temor de las autoridades son dos franquicias de formaciones neonazis que operan a nivel internacional: Juventudes Hitlerianas de Colombia y Hammer Skin. Dos integrantes de este último grupo, por ejemplo, fueron detenidos en agosto de 2017 por asesinar a puñaladas a dos jóvenes antifascistas en el barrio de La Toscana de Suba, una noticia que dio la vuelta a todo el país.
