La diversidad LGTBI sigue siendo una tarea pendiente en nuestros colegios. La sexualidad y la identidad de género resultan un tema tabú cuando hablamos de menores de edad, lo que convierte a todos esos niños y niñas "diferentes" en los más vulnerables de las aulas.
Aceptarse a uno mismo resulta excesivamente complicado, especialmente cuando no encajas en los moldes establecidos por la sociedad. Todos estamos educados en la heteronorma, desde bien pequeños. Cuando un niño pequeño llega a casa se le pregunta si ya tiene novia en el cole, resultando algo gracioso y adorable. Y, por supuesto, a una niña se la vestirá con falda y solo tendrá la opción de jugar con muñecas. El resto de opciones se silencian, se pasan por alto y, con ello, se convierten en prohibidas y, por tanto, generan rechazo.
Esto precisamente es lo que pretende evitar una educación que incluya la diversidad LGTBI entre sus valores. Porque existen muchísimas más realidades que la tradicionalmente establecida y todas ellas son igual de válidas. Cuando a una persona, y especialmentea un menor, se le silencia su realidad, lo único que se consigue es señarla y hacerle sentir que ser quien es es algo malo.
En los colegios se sufre la terrible realidad del bullying. El acoso escolar supone un verdadero drama para los más pequeños que, en algunos casos, puede llegar a desembocar en tragedia. Precisamente la homofobia y la transfobia son uno de los motivos que convierten a los niños y niñas en objetivo de insultos e incluso agresiones. Contra esto, el principal arma es la educación.
El odio de VOX
Hace pocos años resultaba impensabe imaginar en España un panorama político en el que un partido de extrema derecha pudiera mover sus fichas. Sin embargo ha sucedido, el discurso de odio de VOX ha calado en la sociedad y ha conseguido colarse en el primer parlamento automómico, en la Junta de Andalucía. Ahora, de cara a las elecciones generales del próximo 28 de abril, la formación de Santiago Abascal se prepara para asaltar el Congreso de los Diputados.
Entre los principales pilares de VOX se encuentra la oposición absoluta al feminismo y al colectivo LGTBI, a los que ha convertido en enemigos de España junto a la inmigración. Acabar con el matrimonio igualitario o eliminar las operaciones de reasignación de sexo de la sanidad pública son dos de los puntos de su programa político, en el que tambien señalan prohibir cualquier tipo de protección del colectivo, lo que incluye la educación en materia LGTBI.
Ya en plena campaña electoral, Rocío Monasterio, líder de VOX en la Comunidad de Madrid, ha lanzado varios dardos al PP utilizando para ello las leyes LGTBI como arma arrojadiza. "Han aprobado las leyes que más atacan nuestra libertad, la de los padres a educar según nuestros valores. El PP defendió una ley que aprueba, que permite que los talleres LGTBI de transexuales vayan al colegio de nuestros niños y que con ocho años le digan a nuestras hijas que prueben a ser chicos y a nuestros niños que prueben a ser chicas. ¿Pero de qué estamos hablando? ¿Por qué tienen que adoctrinar a nuestros niños con ocho años?"
Monasterio (Vox) carga contra los talleres LGTB en los colegios: "Les dicen a nuestras hijas que prueben a ser chicos y a nuestros niños que sean chicas. ¿Por qué tienen que adoctrinar a nuestros niños? ¿Por qué no nos dejan en paz?" https://t.co/RdG1daHLiSpic.twitter.com/z0OEwWpbUm
— Europa Press (@europapress) 17 de febrero de 2019
La peligrosa y desacarada mentira de VOX
Para apoyar sus argumentos, Rocío Monasterio no duda en recurrir a la falacia. En una pirueta demagógica, la ultraderechista señala que una educacion que incuya la diversidad LGTBI animará a los menores a probar el cambio de género. Se trata de una doble mentira con un peligroso trasfondo tránsfobo.
Monasterio apunta que este tipo de leyes "les dice a los niños prueben a ser chicas y a nuestras hijas que prueben a ser chicos". Estas palabras podrían significar que la dirigente de VOX en Madrid desconoce por completo el contenido de estas leyes en materia LGTBI, lo que la incapacitarían para emitir estos tipos de juicios. Sin embargo, resulta difícil pensar esto de una mujer con su formación, por lo que solo cabe la opción de pensar que miente a sabiendas, con el objetivo de generar odio y, con ello, un buen puñado de votos.
La segunda mentira y, quizás, la más peligrosa, reside en plantear la transexualidad como si se tratase de un absurdo. Cuando Rocío Monasterio hace referencia a "probar", deja ver que se trata prácticamente de un juego, como quien quiere probar un nuevo color de pelo y se lo tiñe para ver qué tal le queda. Ser transexual supone una crisis de identidad al verte en un cuerpo que no te corresponde. Ninguna persona se plantea un cambio de sexo "para probar". Y un menor, tampoco.
Una educación que incluye a la diversidad LGTBI no anima a los menores a cambiar de sexo o probar la homosexualidad, simplemente visibiliza una realidad y con ello ayuda a la aceptación y al respeto. Porque quizás puede haber una niña lesbiana o un niño trans que necesitan saber que lo que les está pasando es perfectamente válido y normal y que merecen el mismo respeto y cariño que cualquier otro niño. Pese a que VOX prefiera inocular odio desde la infancia.