Zigor Aldama, corresponsal en Extremo Oriente y autor del libro 'Adiós Mongolia' ha investigado y convivido con una veintena de familias que han decidido unirse a la vida nómada. En Mongolia quedan unos 80.000 nómadas, aunque se estima que, cada año, unos 40.000 de ellos abandonarán sus estilo de vida tradicional.
En uno de los capítulos que integran el libro se habla de los neonazis mongoles de Tsagaan Khas, grupo que rinde culto a Hitler y rechaza a los inmigrantes, tal y como ha compartido El Confidencial. Los integrantes van vestidos con uniformes propios del Tercer Reich y brazaletes adornados con la esvástica blanca sobre fondo rojo de Hitler.
Los ultranacionalistas han surgido como consecuencia de la pobreza y se definen a sí mismos como "patriotas que defienden a los ciudadanos comunes ante la delincuencia extrajera, la desigualdad desenfrenada, la indiferencia política y la corrupción". Uno de sus objetivos es mantener "la puerza" de la raza mongola ante el avance chino.
El propio periodista ha adelantado el capítulo donde narra su experiencia con los neonazis de Mongolia que alaban a Franco y a Hitler. Aldama cuenta cómo contactar con este grupo no fue nada fácil, ya que no tiene página web y tuvieron que dedicar muchos días a encontrar en las redes sociales a uno de sus fundadores, Ariunbold Altankhuum. Finalmente, consiguieron que les concedieran una entrevista después de insistir mucho y tener que depender de una traductora, puesto que nadie del grupo de extrema derecha tenía conocimientos de inglés.
"Francisco Franco fue un buen tipo"
El corresponsal cuenta a modo de crónica lo que sucedió el día que concertaron la cita con Airunbold,uno de los fundadores. Este le recogió junto a su acompañante y una traductora en un coche forrado al completo con la cruz gamada sobre fondo circular blanco.
Se encontraban de camino hacia un lugar seguro para realizar la entrevista cuando Airunbold rompió el hielo con la frase "Francisco Franco fue un buen tipo" acompañándola con el pulgar en gesto de aprobación. A lo que agregó que ellos han estado luchando por la protección de la soberanía desde que estallaron los primeros enfrentamientos con los comerciantes chinos. "Lo corrompen todo y ahora están destruyendo el país con sus proyectos industriales y mineros", añade.
"Adolf Hitler es alguien a quien respetamos. Nos enseñó cómo perseverar la identidad nacional", dijo el cofundador de 41 años, que se hace llamar Big Brother. Los líderes de Tsagaan Khass han repetido en varias ocasiones que no apoyan la violencia y tampoco el extremismo. Es decir, apoyan a Hitler, pero están en contra de todos los asesinatos. "Apoyamos el nacionalismo en lugar del fascismo", señaló el cofundador para The Guardian.
En relación con que se hayan acogido la esvástica como un símbolo del grupo es un tema que impacta. Ellos han explicado que la esvástica es un símbolo asitático, pero no explican el uso del grupo de colores nazis, el águila nazi y el saludo nazi.
El odio de Mongolia a China
Los mongoles temen que los China, el país más poblado del planeta y en plena expansión económica, acabe dominándolos. Las inversiones de China se ha multiplicado en Mongolia en los últimos diez años. Este temor nace de que el país tiene muchos recursos naturales como la minería y los metales preciosos.
"Tenemos que asegurarnos de que, como nación, nuestra sangre sea pura. Eso se trata de nuestra independencia",explicó Battur de 23 años. En este argumento reside el odio a los chinos por parte de los mongoles, además señalan que la población ha ascendido a tres millones de habitantes y si permiten que los extranjeros se introduzcan en la ciudad pueden comprometer su autonomía.
Franck Billé, de la Universidad de Cambridge, investiga las representaciones de los chinos en Mongolia y ha contado que aunque la gente cree que el discurso de este grupo es extremista, hay un consenso entre toda la población en que "China es imperialista, 'malvada' y tiene la intención de tomar Mongolia".
Los neonazis se encargan de cobrar sobornos de "protección" y, en ocasiones, usar la violencia. Sus principales ojetivos suelen ser empresarios chinos y los clientes extranjeros de los burdeles. Incluso suelen ir a los lugares donde están las prostitutas y se aseguran de que no haya niñas de su país vendiendo su cuerpo a extranjeros.
