México tiene su particular movimiento nazi y no tiene complejos en mostrar su ideología. Admiran la Alemania de Adolf Hitler, cantan el 'Cara al Sol' falangista, utilizan la esvástica y saludan con el brazo en alto. No, no es broma.
La existencia de estos grupúsculos ha sido reiteradamente denunciada por el periodista Jacobo Zabludovsky, que en una columna publicada en el conocido diario El Universal, relata: "Reclutados a los 15 años de edad en su nativa Chihuahua, alquilaron una casa en la colonia Juárez junto a Gobernación y otra en Anzures. Allí celebraban reuniones y almacenaban uniformes, banderas, brazaletes, folletos, audios y vídeos. Se saludaban como fascistas, con el brazo derecho en alto, cantaban el 'Cara al Sol' falangista y adoctrinaban nuevos adeptos, preparándose para el asalto al poder".
Una de las mayores reivindicaciones de estos grupos pasa por la recuperación del Imperio mexicano que se impuso intermitente durante gran parte del siglo XIX (en plena descolonización de América) y que ocupaba toda Centroamérica y gran parte de Estados Unidos.
Sus objetivos: judíos, personas de origen estadounidense y la comunidad LGTBI
Precisamente, Estados Unidos es uno de sus mayores enemigos. A ellos les culpan de colonizar sus tierras para llenarlos de blancos descendientes de ingleses, lo que en cierta manera, a su juicio, supone una especie de "colonización racial". Toda una analogía a las reivindicaciones del 'espacio vital' de Hitler que llevaron a la invasión de países como Polonia.
El grupo comprende un número pequeño de acérrimos (algunas estadísticas lo sitúan en 500 personas), pero cuentan con un envidiable manejo de las redes sociales y consiguen una fuerte influencia sobre los jóvenes con mayores problemas de adaptación, por lo que sus seguidores aumentan. Los colectivos a los que persiguen generalmente son los siguientes: la comunidad LGTBI, los judíos, las personas de origen estadounidense o los discapacitados, tal y como relata el diario local SPDnoticias.
Los acólitos consideran que estos grupos son "inferiores" y no dejan su lado de imponerse con violencia. Para ello, se coordinan a través de redes sociales, donde convocan actos coordinados o encuentros en las sedes que poseen.
Su principal feudo: el Estado de Puebla
El principal campo de actuación de estos grupos se sitúa en el Estado de Puebla, donde el jefe de Gobierno del Distrito, Miguel Ángel Mancera Espinosa, se ha visto obligado a lanzar leyes en contra de este tipo de manifestaciones públicas (como tipificar como delito la realización de conductas antisemitas).
Parte de estos grupos forman parte de escisiones del Partido Acción Nacional, la principal formación conservadora del país. Algunos medios han señalado como uno de sus principales impulsores al político Iván Peña Neder, que habría colaborado en la fundación de las células de Puebla, Guajanato o Guadalajara.
El objetivo final pasaría por generar plataformas ultraconservadoras paramilitares con el fin de imponer su visión política mediante el uso de la fuerza (no podemos olvidar que el país norteamericano vive esta lacra a lo largo de todo su territorio).
