Un nuevo hallazgo ha despertado los instintos más curiosos de aquellos científicos que cada día se adentran en las profundidades y secretos del sistema solar: Europa, una de las 69 lunas del planeta Júpiter, la más grande del sistema solar, cuenta en su superficie con un componente que a todo el mundo le resultaría familiar si lo probara: el cloruro de sodio (NaCi) o, lo que es lo mismo, sal de mesa.
El descubrimiento realizado por científicos de la NASA y el Instituto Tecnológico de California llega a través de las imágenes de la sonda Galileo. En ellas se ha podido observar la tonalidad amarilla de la superficie del satélite, según publica la revista Science Advances.
La sonda Galileo, responsable directa del hallazgo, ha dado a conocer una serie de datos recogidos a través de su espectrómetro infrarrojo en la que se ha desvelado la capa de hielo que cubre el planeta y el inmenso océano que se encuentra bajo la misma. Con ello se ha confirmando la presencia de agua, en la que también se han encontrado sales de Epsom, sulfato hidratado de magnesio, usadas en agricultura para proporcionar los nutrientes necesarios a un suelo fértil, así como para un placentero baño. También se utilizan con fines médicos.
Tras recibir las fotos, los científicos tenían su expectativas puestas en este interesante descubrimiento, según cuenta a la BBC la candidata a un doctorado en Ciencias Planeatarias de Caltech y autora del estudio, Samantha Trumbo. De alguna manera sabían qué tipo de componentes químicos podrían encontrar en la superficie de Júpiter, aunque fue tal el desconcierto que les produjo el avistamiento de ese color amarillento, lo que les llevó a investigar si realmente se trataba de cloruro de sodio.
En primer lugar, se basaron en un experimento realizado en 2015 por Kevin Hand y Robert Carlson en la que se comprobó la exactitud y similitud del color que había adquirido después de haber sometida a condiciones similares como las que tendría en Júpiter. Todo ello fue resuelto en 2017 por Trumbo, que recurrió al Telescopio Hubble para comprobarlo, aunque las sales de Epsom y la sal de mesa no son lo mismo, pues esta se encuentra sobre la corteza del astro y no significa que también esté presente en los océanos de Europa.
En cualquier caso, Samantha Trumbo argumenta que "si se comprueba que este cloruro de sodio proviene del océano de Europa, significaría que su composición sería similar a la de los océanos de la Tierra y sus procesos químicos fueron parecidos".
¿Vida extraterrestre?
El hecho de haber encontrado cloruro de sodio en la superficie de Júpiter abre el debate sobre si es posible que los procesos que hubo en la formación y composición de su océano fueron similares a las del planeta Tierra, de donde provienen las raíces de toda la especie humana.
Por lo tanto, ahora la incertidumbre para los investigadores no es otra que si realmente podría existir vida bajo la capa de hielo que se encuentra sobre el océano de Júpiter.
Según Trumbo: "Puede ser positivo para la habitabilidad del océano de Europa, pero ciertamente no dice nada directamente sobre la existencia de vida". Sin embargo, los resultados volverán a ser analizados para comprobar y redirigir la investigación.