Desde que el ser humano pisase por primera vez la Luna en 1969 no ha parado de investigar las posibilidades de vida que alberga el espacio. Además el cambio climático incipiente en el que ya vivimos sumergidos es un hecho que impulsa a los investigadores a comprobar si podríamos vivir y reproducirnos fuera de la Tierra.
Es sobre todo por miedo a que nuestra especie se extinga que la Agencia Espacial Norteamericana comenzase a buscar aternativas de vida para el futuro, quién sabe si muy lejano o no, y esta vez han decidio enviar unas muestras de semen, tanto de personas como de toros. La NASA realizó el envío a la estación Internacional la semana pasada en un cohete Falcon 9, una vez allí el equipo de científicos comprobará si la microgravedad influye sobre la capacidad de los espermatozoides para moverse, según informa El Español.
Muchas incógnitas a resolver
Esta misión ha recibido el nombre de Micro-11 y cuando se realicen las primeras pruebas sobre si los espermatozoides pueden moverse en el espacio, estas se congelarán y volverán a la Tierra para someterlos a inseminación artificial y comprobar si pueden fecundar un ovocito.
Sin embargo, si se resuelve esta duda positivamente quedan por resolver varias incógnitas, ya que no sabemos si se pueden mantener relaciones sexuales en el espacio, si se podría parir en condiciones seguras o si los bebés podrían soportar la microgravedad.
Por el momento queda mucho por conocer del espacio y no sabemos si llegaremos a ver a los primeros bebés espaciales, así que cuidemos la Tierra que de momento es el único "lugar seguro" donde podemos estar y desarrollarnos.