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Nando López ('Las durmientes'): "Todavía no tenemos una sociedad lo suficientemente feminista"

Con 'Las durmientes', el autor aborda la cultura de la violación y el sexilio LGTBI mediante un adictivo thriller.

Nando López ('Las durmientes'): "Todavía no tenemos una sociedad lo suficientemente feminista"

Siempre fiel a su compromiso social, Nando López ha publicado 'Las durmientes', libro en el que, en forma de thriller, se sumerge en la cultura de la violación. "Lo que plantea es una historia en la que, a partir de un vídeo en el que una chica de 16 años, Chloe, ha sido grabada desnuda sin su consentimiento, un joven periodista vuelve a ese pueblo para investigar qué ha ocurrido ya que se repite con otras chicas", cuenta el autor.

A través del personaje del periodista, llamado Gael, también aborda otra importante cuestión: el sexilio LGTBI. "Es toda la gente LGTBI que en un determinado momento, aún hoy en pleno siglo XXI tiene que salir del lugar en el que vive por la violencia que sufre", explica López.

Una de las razones que han llevado al barcelonés a tratar esta cuestión es la cantidad de mensajes que recibe de chicas jóvenes compartiendo que han sido víctimas de violencias sexuales, algo que le preocupa. "Yo trato de reaccionar de manera útil. Algunos casos son muy complicados, gente que está muy desesperada y que ha leído un libro mío y considera que puede compartirlo conmigo. Esto lo veo como un privilegio, pero yo trato de reconducirlo para que pidan ayuda y que la obtengan", se sincera. "En otros casos también me escriben personas que ya han pasado por ahí o que están recibiendo esa ayuda, pero que me piden que escriba sobre estas cuestiones", añade.

Sobre el retrato en torno a Chloe, López ha sido especialmente cuidadoso y se ha documentado de manera muy escrupulosa tratando con jóvenes que han sufrido este trauma: "Para mí era muy importante hablar con chicas que han pasado por ahí, que han vivido esa experiencia, para que me contaran cómo había sido su proceso. Cómo quieren que las contemos, porque el relato las puede revictimizar. El problema no es solo la agresión, sino que después de la agresión son revictimizadas".

"En el momento que ocurre una agresión sexual a continuación llega esa revictimización porque se pone en duda el testimonio de la víctima y se cuestiona su actitud", abunda. "Todavía no tenemos una sociedad lo suficientemente feminista como para que esto no ocurra porque hemos sostenido nuestro discurso sexual desde esa cultura de la violación y no desde una cultura del consentimiento", analiza.

A ello se suma una importante problemática que es otro ingrediente de 'Las durmientes': la educación sexual. "Hay una generación de adolescentes que se están educando en el sexo a través del porno. Se está sacando la educación sexual de las escuelas y de los institutos por todo ese sector ultraconservador que la quiere quitar dejando la educación sexual en manos de la pornografía", lamenta, advirtiendo que esta industria tiene "esa mirada patriarcal que crea unas imágenes muy peligrosas si no tienes un criterio adulto desde el que mirarlas".

Ante un tema así, el autor aclara que odia "las novelas con moralina", por lo que en 'Las durmientes' deja de lado la condescendía y el paternalismo. "No puedes denunciar la violencia sexual y hacer un libro sexualizado, pero sin embargo el sexo tiene que estar presente", apunta señalando que, aun siendo una novela juvenil, lo narra de una "manera adulta, no desde una mirada adulta". "Lo jóvenes no quieren que les demos lecciones, quieren que contemos historias", subraya.

El machismo como raíz de las violencias

Nando López entrelaza, además, todas estas cuestiones con la LGTBIfobia. "Vienen de la misma raíz. Al final la homofobia, la transfobia y la bifobia no dejan de ser manifestaciones de la misma violencia machista", reflexiona. "Se trata siempre de esa exclusión de de aquello que no encaja en ese modelo patriarcal único". añade.

En lo referente al sexiligio, 'Las durmientes' también ha sido terapéutico para el propio autor, confesando que era algo que le apetecía contar. "Ha sido un pequeño desahogo. Por toda esta gente que cuando tú vuelves a un sitio donde lo has pasado mal por ser LGTBI te dice eso de que todo era fenomenal, que estábamos estupendos, que los 80 fueron una maravilla... Bueno, pues ser un niño gay en los 80 era un horror porque no tenías un lugar, no tenías referentes, te tenías que esconder. No existías", denuncia. "Cada vez que alguien me cuenta eso desde su privilegio me llama mucho la atención la la ceguera mental al respecto", enfatiza.

A través del personaje de Gael, abre la puerta a este asunto. "Muchas veces las personas LGTBI vivimos esa violencia y la asumimos, la incorporamos. Al final es esa indefensión aprendida, como de encajar la agresión", analiza. En este punto es donde se encuentra con Chloe. "Dos violencias distintas se ven reflejadas y se ayudan, sobre todo a quitarse esa etiqueta la de víctima y a reivindicar sus identidades", cuenta.

Por desgracia, López pone de manifiesto que estas violencias siguen existiendo: "En 2023 todavía no hemos llegado a la plena visibilidad y aún quizá estemos peor ahora que hace cinco o seis años por culpa de todo ese avance de la ultraderecha, del fascismo, que que está viendo legitimado ese discurso".

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