En Los Replicantes ya lo avisamos hace un tiempo: la ciencia ha avanzado de tal forma que ya es posible que un bebé tenga tres padres biológicos, en lugar de dos. Y no solo es posible sobre el papel, sino que por fin ha trascendido la existencia de un bebé nacido mediante esta técnica: se trata de Abrahim Hassan, un niño que nació hace cinco meses y tiene, biológicamente, dos madres y un padre.
El pequeño tiene los genes de sus padres biológicos, que serán, además, los que lleven adelante su crianza y educación, y los de otra tercera mujer. Esta pareja, de origen jordano, llevaba más de 20 años luchando por formar una familia, según informa New Scientist, pero se han ido encontrando una gran cantidad de trabas en su camino. Diez años después de haberse casado, la mujer quedó embarazada, pero, desgraciadamente, sufrió un aborto. A este aborto le siguieron otros tres y la pareja veía cada vez más lejana la posibilidad de ser padres.
Hace once años, en el año 2005, tuvieron una niña. La pequeña nació con el síndrome de Leigh, una enfermedad genética que afecta tanto al cerebro como a la médula espinal. Los síntomas específicos de la enfermedad varían según los pacientes, puesto que dependen de la parte del sistema nervioso que se vea afectada. Con una enfermedad de este tipo, la esperanza de vida no es muy alta y, a los seis años, la niña murió. Poco después, la pareja tuvo un niño, que presentó también el síndrome de Leigh y falleció a los ocho meses.
No veían ningún tipo de alternativa, hasta que la ciencia les dio la solución: una técnica denominada transferencia pronuclear. Esta consiste en fertilizar dos óvulos, uno de la madre y otro de la donante, con los espermatozoides del padre. Una vez fertilizados, se retiran los núcleos de los dos embriones y, en la cobertura del embrión de la donante (sin el núcleo) se introduce el núcleo fertilizado por los padres. De esta forma, el embrión resultante tiene los genes de ambos padres, así como de la tercera persona, pero no heredará la enfermedad que padecieron sus hermanos.
Pero Shaban y Hassan, los ahora felices padres de Abrahim, rechazaron esta técnica por motivos religiosos. Es por eso que el médico decidió hacerlo de otra forma: retiró el núcleo de uno de los óvulos de la madre y lo insertó en el óvulo de la donante, al que, previamente, ya se le había retirado el núcleo. Fue entonces cuando se fertilizó este óvulo; de esta manera, no tuvieron que destruir un embrión, puesto que solo fertilizaron un óvulo.
Como en prácticamente todas las modalidades de reproducción asistida, no se fertilizó un único óvulo, sino que se crearon un total de cinco embriones. De estos cinco, solo uno se desarrollo de forma normal: el de Abrahim.
Esta técnica ha sido desarrollada en el Centro de Investigación Mitocondrial de la Universidad de Newcastle; en este caso en particular, el médico que atendió a la pareja era el doctor John Zhang. Zhang trabaja para la clínica de fertilidad New Hope, en Estados Unidos, pero el procedimiento fue realizado en México, donde el vacío legal permite que se realicen este tipo de intervenciones. Por ahora, el único país donde es legal es en Reino Unido; queda por avanzar mucho para que pueda hacerse de forma natural. La ciencia ya ha dado el paso, y ha demostrado que se puede hacer (con buenos resultados), pero ahora quedan muchas barreras morales por derribar para que este procedimiento pueda llegar a todo el mundo.