Las Islas Canarias son uno de los principales destinos turísticos tanto para españoles como para extranjeros. Su situación geográfica y su clima cálido y tropical lo convierten en uno de los enclaves más visitados en nuestro país. Lugares como el Teide o Maspalomas hacen que las principales atracciones del archipiélago sean sitios de formación natural y no creaciones artificiales del hombre.
Pero a partir de ahora eso podría cambiar. Hace pocos meses empezó la instalación del Museo Atlántico de Lanzarote, convirtiéndose en el primer museo submarino de arte contemporáneo de toda Europa. Aunque ya hay colocadas más de 35, se espera que el museo cuente con hasta 300 estatuas sumergidas a entre 12 y 15 metros de profundidad cuando acabe su 'construcción' en marzo de 2017, convirtiéndose de esta manera en el museo submarino más grande del mundo.
Las estatuas han sido diseñadas por el escultor Jason DeCaires, famoso por haber hecho otras piezas submarinas similares en otros puntos del globo, y se hallan divididas en un espacio de 400 metros cuadrados y en seis partes: El Rubicón, una agrupación de 35 personas que se dirigen hacia una puerta; Lampedusa, una balsa de inmigrantes que hace reflexionar sobre este drama social; Jolateros, un grupo de niños en diversas barcas; Contenido, formado por una pareja haciéndose una selfie junto a la balsa de inmigrantes; Los Fotógrafos, formado por varias personas con cámaras fotográficas; y Las Esculturas Híbridas, un grupo de estatuas mitad humanas mitad plantas.
Todos los monumentos han sido realizados a tamaño real comparado con los modelos en los que se basó el artista y además están elaborados con un tipo de cemento que no daña el medio ambiente ni el ecosistema marino, por lo que pueden durar sin ser repuestos hasta 300 años. Además, son piezas con un ph neutro, de modo que se espera que alberguen vida marina. De hecho, algunos han llegado a tener algas y microplantas en tan solo unos meses de existencia.
La mayoría de modelos usados en la instalación son habitantes de Las Coloradas y Playa Blanca, pueblos entre los que se sitúa el museo submarino, y en general de toda la isla. Las figuras pueden recordar a otras obras del mismo autor situadas en parajes como las aguas caribeñas de Cancún (México) o en las Bahamas. Actualmente el museo no está completo pero se puede visitar siempre y cuando el visitante sepa bucear, aunque el creador y algunas autoridades afirman que está pensado para poder verse incluso desde la superficie del agua.