Cuando se habla de machismo en los videojuegos, siempre se tiende a remarcar la hipersexualización de la figura femenina en los mismos, sin tener en cuenta que hay muchos problemas más allá. Sí es cierto que la hipersexualización es un problema; mientras que los personajes masculinos llevan la ropa más apropiada para la labor que vayan a realizar, los trajes femeninos siempre suelen ser escuetos y, sobre todo, incómodos. Como mujer, muchas veces veo cómo dibujan a algunos personajes femeninos, y me pregunto cómo serán capaces de respirar. Es más, ¿cómo podrían correr en la vida real? ¿Cómo podrían huir de un ejército, por ejemplo?
El problema reside en que, muchas veces, el análisis se queda ahí. Se habla de cómo las mujeres son representadas en los videojuegos o bien como princesas débiles, que deben ser rescatadas (Peach, o Zelda) o como guerreras siempre ataviadas de forma sexy. Aunque también hay otras opciones: que ni siquiera aparezcan mujeres, o que su papel sea tan secundario que no cobre ningún tipo de importancia. Estas opciones se critican menos y, personalmente, creo que pueden ser incluso más perjudiciales.
Pocos videojuegos hay que escapen de esos tópicos (aunque los hay, por suerte). Cuando una mujer aparece como personaje principal, siempre tiene un físico normativo, atractivo, hecho para atraer al público masculino y no al femenino. Ahí reside el problema de la hipersexualización, y no en que el personaje lleve más o menos escote; y es que incluso los personajes femeninos están diseñados para agradar a los hombres que juegan a videojuegos, y no para que las mujeres se sientan más identificadas con ellos. Porque el mundo de los videojuegos continúa siendo machista, y continúa estando pensado única y exclusivamente para hombres.
Videojuegos para niños y juegos para niñas
El machismo no solo está presente en los videojuegos para adultos (que también), sino que empieza desde bien pequeños. La clásica diferenciación entre juegos para niños y juegos para niñas nos marca desde nuestra más tierna infancia. Y antes de continuar con este tema quiero hacer una aclaración: puede que este no sea vuestro caso, que vuestros padres hayan comprendido que esta separación es absurda, pero es una realidad que se sigue dando en muchos hogares. Mientras que a muchas niñas se les regala el Tomodachi Life, muchos niños juegan al Fifa, al Call of Duty o a cualquier otro juego "para hombres". No solo eso, sino que si una mujer más adulta juega a juegos, se dirá que pierde su tiempo; no obstante, si lo hace un hombre, estará simplemente pasando el rato.
Por regla general, los juegos de guerra están pensados para hombres. Y es por eso que en el Call of Duty, hasta hace bien poco, solo podías escoger personajes masculinos para jugar. Porque no se esperaba que ninguna mujer quisiera jugar a un juego de ese estilo; ¿no preferirían el Nintendogs, por ejemplo?
Sí, las cosas están cambiando, pero muy lentamente. Y hay patrones muy marcados que costará mucho borrar, porque no solo la industria del videojuego es machista, sino que la sociedad en sí lo es. Las mujeres, por el mero hecho de ser mujeres, ya deben preferir videojuegos de cuidado de mascotas, o cuidado de bebés, o modos historia sin violencia. En el caso de los juegos de móviles, por ejemplo (que están ganando mucho terreno últimamente), hay muchos juegos que van dirigidos exclusivamente al público femenino, y todos suelen estar relacionados con la belleza, la cocina o el entretenimiento sin ninguna historia detrás. Los juegos con más historia, con una trama mejor formada, se dejan para el público masculino.
¿Mujeres gamer?
Vayamos un paso más allá. Hasta ahora, hemos estado hablando de una realidad que todos conocéis, y que habéis visto ser criticada en muchas ocasiones. Por supuesto que se hipersexualiza a la mujer en los videojuegos, y por supuesto que a los personajes femeninos se los deja prácticamente siempre en un segundo plano. No solo eso, sino que la industria del videojuego suele diferenciar entre productos para mujeres y productos para hombres, reservando para los segundos las tramas más trabajadas y los videojuegos con más esencia, es también un hecho.
Mas cuando hablamos de videojuegos no debemos quedarnos ahí, porque ahora mismo hay una industria mucho mayor gracias a las redes sociales. Muchas personas suben a YouTube sus gameplays, sus partidas, y comparten con el mundo cómo son sus horas de juego. Y, curiosamente, los más famosos son hombres. No solo los más famosos, sino también los más respetados.
Pero hagamos una prueba, no nos quedemos ahí. Vamos a buscar en Google imágenes "hombre gamer". O "gamer" (jugador), simplemente, puesto que es un adjetivo que se le da principalmente a los hombres, especificando cuando es una mujer que es una "mujer gamer"; porque eso es lo extraño, lo que hay que especificar. A ver qué encontramos.
Sobre todo, fondos de pantalla con la palabra gamer. Más o menos todos con un fondo oscuro, y una apariencia elegante, dentro de lo que cabe.
Si buscamos hombre gamer, veremos cómo los primeros rasgos de machismo comienzan a aflorar. Porque de las primeras imágenes que aparecen, una es una mujer con una pose bastante seductora, que parece que no esté jugando a videojuegos para entretenerse, sino para provocar al público masculino. Pero busquemos ahora mujer gamer.
Las mujeres que aparecen no parecen jugadoras reales. Porque conozco a poca gente que para jugar a videojuegos se desnude y pose con dos consolas en el pecho, o chupe el mando. Son imágenes que no van dirigidas a que una chica gamer se sienta identificadas con ellas como jugadora, sino que lo que pretenden es atraer al público masculino. Por eso los videojuegos son machistas, y no solo porque los personajes femeninos lleven escote o mini-falda. Son machistas porque llevan escote y falda para provocar al público masculino, porque ni siquiera se plantea la posibilidad de que una mujer juegue a según qué juegos. Son machistas porque la sociedad aún no se plantea la posibilidad de que una mujer juegue a un videojuego única y exclusivamente para divertirse, y no para parecerle atractiva a algún hombre.
La situación, poco a poco, está cambiando, pero aún le queda muchísimo por evolucionar. Pese a que los más jóvenes ya van viendo que los videojuegos no son, ni mucho menos, algo exclusivo de los chicos, se sigue criticando a las chicas que juegan a videojuegos. Se las sigue considerando una minoría, se las sigue tratando como un objeto sexual en muchos casos, y no se las tiene en cuenta. Esa porción del mundo está dedicada a los hombres, y a las mujeres nos queda mucho para poder reclamarla como nuestra; y no es una lucha "estúpida", como muchos puedan considerar. Porque los videojuegos son un factor de socialización muy importante a día de hoy, y nos marcan desde muy pequeños. No son solo entretenimiento, son mucho más.