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Política

La Moncloa regalará el colchón de Rajoy a la caridad

La mudanza exprés de Pedro Sánchez a la Moncloa trae consigo un primer paso: el cambio de colchón, las sábanas y las toallas.

La primera moción de censura aprobada de la historia en el parlamento español abre un pequeño periodo de incertidumbre en el devenir de la residencia del nuevo presidente del Gobierno y su familia. Las prisas se instauran en todos los trabajadores de La Moncloa en estos días de mudanza exprés. Se trata de un proceso que normalmente dura seis semanas, pero que ahora, se tiene que realizar en apenas una semana.

La rapidez de la mudanza no deja de lado los diferentes protocolos que siguen los nuevos residentes, como ya harían Rajoy, Zapatero o Aznar. El primer paso y más importante, es cambiar el colchón donde dormirá el matrimonio. Ese objeto tan banal e importante será donado a una ONG. Además, los juegos de toallas y las sábanas también se incluyen en este primer cambio los presidentes. Algo muy normal, como dice la exempleada de Moncloa y escritora M.ª Ángeles López de Celis al Español, "nadie quiere dormir en la cama en la que ha dormido tu adversario político".

El Palacio de La Moncloa vivirá una mudanza esprés
"El Palacio de La Moncloa vivirá una mudanza esprés"

El colchón, las sábanas y las toallas lo primero que se cambia

Aunque el interior de la residencia del presidente del Gobierno es desconocida para el ciudadano, no os penséis que cada vez que entra un nuevo ocupante se forma el programa 'Reformas en casa'. "Muebles, realmente, no se trasladan desde las viviendas particulares de los políticos a Moncloa. Sólo algunos muy puntuales, enseres que formen parte de su vida diaria. El sillón donde ver la tele, por ejemplo", explica López de Celis. Eso sí, el colchón, sí así lo desea el nuevo inquilino, se lo puede traer de casa como comenta la escritora: "No sería ni el primero ni el segundo en hacerlo".

Las pocas imágenes que hay del interior del recinto corresponden a los diferentes actos oficiales, que suelen tener lugar en el Edificio del Consejo de Ministros; pero no de la residencia "privada" y familiar que se encuentra a unos cien metros.

La vivienda familiar del Palacio de la Moncloa tiene una primera planta dividida en un gran hall, un despacho del presidente, algunas salas de reuniones y el Salón de Columnas completan la parte menos privada de la casa. En la segunda, donde reside la parte más privada, López de Celis, cuenta que "es un palacio pequeño, incómodo, antiguo. Con estructuras bastante ruinosas, incluso. Se han hecho algunas reformas, se ha intentado modernizar la instalación eléctrica. También que el despacho del presidente dejara de oler a las comidas de las cocinas de abajo, por ejemplo. No es una estructura que se pueda considerar un hogar".

Los ciudadanos desconocen prácticamente el interior de la Moncloa
"Los ciudadanos desconocen prácticamente el interior de la Moncloa"

Una mudanza exprés de una semana que seguirá unos protocolos

La segunda planta con más de 200 metros cuadrados, más concretamente, está estructurada en: nueves baños, ocho habitaciones y tres vestidores que resultan ideal para cinco personas como máximo. De hecho, ya tuvieron problemas de espacio durante la presidencia de Leopoldo Calvo-Sotelo, ya que él y su mujer eran padres de 8 niños. La escritora comenta que "la vivienda no está separada de todo lo demás. No tiene una intimidad como la casa de uno", ya que todo está conectado por la misma entrada.

La habitación del presidente, como comentan algunos trabajadores, es bastante austera, con una única cama, una pequeña antesala, dos vestidores., una pequeña oficina y una mini cocina para tomar un tentempié rápido; aunque, todavía faltan unos días para que Pedro Sánchez y Begoña Gómez duerman en ella, debido a la celeridad de lo sucedido. Todavía quedan muchas que recoger de Mariano Rajoy y su familia.

La vida diaria del Palacio de la Moncloa es muy bulliciosa de lunes a viernes lleno de trabajadores, funcionarios y miembros del gabinete del presidente y seguridad. Sin embargo, el fin de semana se antoja muy tranquilo y algo claustrofóbico. López de Celis lo define como "una pequeña jaula. Verjas y cámaras", y añade "no es una urbanización", es decir, si quieren recibir alguna visita, se tiene que comunicar con cierta anterioridad.

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