Que las procesiones en España "van a misa", no es una novedad. Ni tampoco lo es la importancia que la Vigen tiene en nuestra sociedad. Recapitulemos: tiene la medalla de honor al mérito policial por la Guardia Civil, es alcaldesa perpetua de más de una veintena de pueblos de España y nuestra ministra de Empleo, Fátima Báñez, le pide consejo para solucionar uno de los grandes males de nuestro país: el paro. Es decir, la Virgen acumula sola más cargos que María Dolores de Cospedal durante los últimos años.
Sin embargo, mientras a la secretaria general del PP le intentan "mover la silla" dentro de su partido, a la Virgen... ni tocarla. Muestra de ello es lo que le ha sucedido a un hombre en Horcajo Medianero, Salamanca. Al parecer, el susodicho se encontraba en misa y quiso mostrar su malestar contra la Virgen de Valdejimena, que nadie sabe aún qué ha hecho la pobre para que la lancen estos agravios en plena misa.
Aunque aún no se sabe quién interpuso la denuncia -se sospecha de la Virgen-, finalmente el hombre tuvo que verse en el banquillo cual Infanta Cristina. La Fiscalía pedía para él nada menos que seis meses de multa o dos meses de prisión -a la Infanta no le pedían cárcel- por un delito contra los sentimientos religiosos y otro alternativo de desorden público, informa Salamanca 24 horas.
El hombre en cuestión, como defensa, alegó que la peineta jamás iría dirigida a la Virgen -a saber qué le podría haber hecho- si no contra el cura de la parroquia, que debe de ser que quería otorgarle la "hostia consagrada" al enjuiciado, pero sin ningún sentido metafórico.
A pesar de lo mal que se lleva el cura y el encausado, finalmente llegaron al entendimiento y la conciliación: todo quedaría en una multa de dos meses a razón de tres euros diarios. Es decir, dedicarle una peineta a la Virgen -o al cura, si lo creíste-, te puede costar 180 euros.
Mientras tanto, la Virgen de Valdejimena puede descansar tranquila: en este país se ha hecho justicia.