A veces sucede: una cosa lleva a la otra, que si un beso tonto, una caricia tonta un "ay que guapo/a estás"... y al final terminas despertando a todo tu vecindario a golpes y gritos descontrolados. Lo normal en primavera con las hormonas más desatadas que Jim Carrey cuando va a la tele:
Y oye, aquí no vamos a decirte que sea algo malo, pero quizás tus vecinos acaban un poco hasta el "mismísimo". Y claro, quizás una vez pase, pero cuando la cosa se repite, al final acaba todo en algo muy serio -bueno, tampoco tanto-.
Es lo que precisamente ha sucedido en Salamanca, donde una mujer ha sido multada con 150 euros tras superar en dos decibelios los ruidos permitidos a causa de los constantes golpes de su cama y los fuertes gritos que realizaba. Vamos, que más que un polvo, los vecinos debían creer que al lado estaba desarrollándose la matanza de Texas -o algún exorcismo, algo muy propio de familias reales-.
Todo ello sucedió a las 5:35 de la mañana, y la Policía recogió pruebas de todo, puesto que procedieron a medir el nivel de decibelios que emitía la pareja -en serio, qué violento trabajar así-.
Lo cierto es que, y aprovechando que hoy es el Día de la Mujer Trabajadora, los agentes podrían haber valorado sancionar a la persona que se encontrase con ella. A la mujer, al final, le han caído 150 euros de multa. Lo que cuesta un smartphone, hablando en moderno.
Mientras tanto, cuenta con diez días para recurrir la multa y librase de la sanción. Veremos cómo prueba que ella no provocó tanto griterío y golpe de la cama contra la pared.
