La mascarilla se ha convertido en una de nuestras compañeras habituales durante la pandemia. Desde marzo de 2020 empezaron a ser habituales y un par de meses después ya fueron obligatorias, por lo que nadie tenía excusa para evitarlas.
La mascarilla también es obligatoria en el coche. Así lo estipula el decreto del Gobierno, que indica que deberán portarse siempre y cuando viajemos con personas no convincentes. Si estamos solos o vamos con personas con las que compartimos el hogar, no habrá problema en quitársela.
El problema, sin embargo, llega cuando nos quitamos la mascarilla. Muchas personas, en vez de guardarla adecuadamente, la cuelgan del retrovisor interior, de manera provisional, hasta que finalmente llegan a su destino.
Este hecho implica varios riesgos desde el punto de vista sanitario, así como desde la seguridad vial, ya que impide una buena visibilidad a la hora de conducir nuestros vehículos. Por ello, quien haga este gesto se enfrenta a una multa.
Multas de hasta 80 euros
Colgar la mascarilla del retrovisor interior puede ser el origen de un gran susto para el conductor en cuestión. Se trata de un elemento de movilidad que reduce el campo de visión, tanto de otros vehículos como de peatones, lo que podría provocar un accidente.
Según consta en el Reglamento General de Circulación, disponer de un elemento que afecte al campo de visión acarrea multas de 80 euros. Teniendo en cuenta que la mascarilla en el retrovisor limita la visión de los conductores, podríamos exponernos a una multa similar.
Para evitar problemas de todo tipo y guardar nuestra mascarilla de la manera más segura posible, lo recomendable es utilizar un sobre para almacenarla. También existen bolsas o pequeños contenedores especiales diseñados para guardar este tipo de elementos sanitarios. Se trata de un gesto sencillo que no cuesta tanto realizar y que, sin duda, evitará tanto multas como posibles contagios a terceras personas.