La precaución al volante es fundamental, ya que un coche puede convertirse en un peligro si se comete cualquier fallo o no se cumplen con todos los requisitos de seguridad básicos a la hora de manejarlo. De que cumplamos con todas las reglas básicas en este sentido, se encarga la Dirección General de Tráfico (DGT), que recoge una serie de normativas en este sentido.
Muchos conductores acostumbran a acompañar sus viajes con música, una forma de estimular los sentidos y hacer más ameno el trayecto. Sin embargo, como en todo, es fundamental que la música vaya con moderación. Si nos sorprenden los agentes, existe la posibilidad de terminar sancionados por un volumen excesivo.
La DGT ha lanzado un aviso en redes sociales para recordar a todos los conductores la necesidad de que la música debe cumplir una serie de normas: que no adormezca durante el manejo del vehículo, que no fomente una actitud defensiva o agresiva y que no distraiga la atención de la conducción.
Si la música te acompaña al volante, mejor que la uses a un volumen moderado y que elijas un ritmo que:
?No te adormezca
?No te fomente una actitud defensiva o agresiva
?No distraiga tu atención de la conducción.#CeroDistracción #CeroRiesgos pic.twitter.com/t8hc9MyLFQ— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) March 16, 2022
Multas de hasta 3.000 euros
Con todo ello, no existe un marco legislativo a nivel nacional que contemple este tipo de situaciones, por lo que las sanciones no partirían desde la DGT, que se limita a una recomendación, pero sí desde determinados consistorios que han establecido normativas en este sentido.
Por tanto, todo dependerá de las ordenanzas municipales y del Ayuntamiento en el que nos encontremos. Sí podremos ser multados por exceder los decibelios establecidos en las ordenanzas municipales y, por tanto, nos expondremos a multas que podrían acarrear desde los 100 hasta los 3.000 euros de sanción.
Se trata de una infracción planteada para proteger a locales, viviendas o establecimientos que rebasan los decibelios permitidos en ciudades y pueblos, con el objetivo de proteger el sueño y el descanso de los vecinos. En estos casos se aplican dispositivos denominados sonómetros, que detectan el volumen de los vehículos y son empleados por los agentes.