A pesar de los avances legislativos y la implicación de las instituciones en el combate de la lacra de la violencia machista, los problemas de infradenuncia registran niveles muy elevados en la actualidad.
La situación muestra que la mayoría de los casos permanecen ocultos y, sobre todo, los que presentan mayor riesgo. Las víctimas presentan miedo a denunciar: el 77% de las mujeres asesinadas no había denunciado previamente a su agresor.
Según explica 'Estudio sobre el tiempo que tardan las mujeres víctimas de violencia de género en verbalizar su situación', elaborado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, la media de tiempo que tardan las víctimas en pedir ayuda o denunciar su situación se extiende en 8 años y 8 meses.
La violencia que más tarda en denunciarse es la física. Las mujeres que padecen este tipo de situaciones necesitan una media de 14 años para pedir ayuda, mientras que las víctimas de violencia psicológica tardan 7 años y 9 meses.
La Delegación del Gobierno realizó este estudio sobre los motivos que ralentizan la decisión de las víctimas de violencia machista para verbalizar el maltrato que sufren, solicitando apoyo a un servicio especializado o denunciando, a partir de la realización de 1.220 encuestas.
El objetivo de su estudio es impulsar actuaciones para impulsar a las víctimas a verbalizar su situación de manera más rápida e inmediata y, de este modo, intentar combatir las consecuencias que se derivan del maltrato psicológico y físico.
¿Por qué no denuncian las víctimas de violencia machista?
La mitad de las encuestadas expusieron que el miedo a su agresor era el principal motivo por el que tardaron en denunciar, mientras que el 45% creyeron que podrían resolverlo sola, mientras que el 36% no se reconocía como víctima, un 36% se sentía culpable y responsable y el 29% sentía pena por el agresor.
La falta de recursos económicos (28%), la vergüenza al contar lo sucedido (28%), pensar que no podría salir adelante con cargas familiares (23%), desconocer lugares donde solicitar o pedir ayuda (21%), miedo y desconocimiento sobre los procesos judiciales (19%), falta de apoyo familiar o social (18%), miedo a la reacción de la familia (16%), pensar que nadie podría ayudarla (15%) o que nadie la iba a creer (13%), así como sentir miedo a la reacción de sus hijos (11%), fueron otros de los motivos alegados y que recoge el informe elaborado por la Delegación de Gobierno.
¿Por qué denunciaron?
Las razones que finalmente llevaron a presentar una denuncia sobre su situación o pedir ayuda fue el desbordamiento emocional y el mal estado psicológico en el que se encontraban las víctimas (54%) y las características concretas de la última agresión sufrida (41%).
Casi una de cada tres mujeres lo hizo porque sus hijos empezaban a ser conscientes del maltrato, el 27% porque contó con el apoyo de una persona de su entorno, el 21% por la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, 9% por la intervención de los recursos sanitarios, 6% porque sus hijos eran mayores y más autónomos, 6% por la presencia de campañas en medios de comunicación, y el 1% porque la unidad familiar alcanzó estabilidad económica.
El 89% de las encuestadas sufría violencia psicológica, el 68% física, el 42% económica y el 23% sexual. Casi la mitad, el 45% empezó a sufrir la violencia siendo soltera, el 37% estaba casada, el 10% era pareja de hecho del agresor, el 1% se había separado, el 5% divorciado y otro 1% estaba en trámite de separación.