El Juzgado de lo Penal número 10 de Málaga tiene previsto juzgar el próximo 14 de octubre de 2020 a una mujer por participar en una manifestación en la que exhibió, a modo de procesión, una vagina de plástico ataviada como si guera una virgen. Los hechos se produjeron en el marco de la manifestación del Día Internacional del Día de la Mujer, el 8 de marzo del año 2013, en la capital malagueña.
La Asociación Abogados Cristianos presentó una denuncia ante lo que consideran como un delito de provocación a la discriminación, odio y violencia por motivos referentes a la religión y por otro contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos.
Por todo ello, la organización ultracatólica pide para la acusada una pena de 12 meses de prisión y multa. La Fiscalía, por su parte, aprecia un delito contra los sentimientos religiosos y pide una multa de 3.000 euros.
La vista oral se había previsto para marzo de 2020, pero el agente de la Policía Nacional que realizó el atestado sobre la acusada no pudo asistir por lo que tanto la Fiscalía como Abogados Cristianos pidieron el aplazamiento de la causa, mientras que la defensa se oponía a suspender.
"Gran Procesión del Santo Chumino Rebelde"
El escrito señala que la convocatoria, bajo el nombre de 'Gran Procesión del Santo Chumino Rebelde', buscaba realizar "mofa de los símbolos y dogmas más sagrados para quienes profesan la religión católica".
La manifestación paseaba una vagina de látex, imitaba una procesión católica y el grupo se hacía llamar a sí mismo como Hermandad del Coño Insumiso. La estructura, según el fiscal, estaba acompañada de todos los ornamentos propios de la Semana Santa, como un mangto y flores, además de que las portadoras llevaban túnicas y capirotes o "como en el caso de la acusada, con la mantilla".
Por su parte, los ultracatólicos de Abogados Católicos sostienen que la procesión se organizó en "tono de burla" y se "pregonaron versiones vejatorias de oraciones cristianas" durante la marcha.
Además, afirman que la acusada participó "activamente, lanzando las proclamas, profiriendo amenazas contra la Conferencia Episcopal, leyendo el manifiesto, incluso portando un altavoz, llevando en andas la vagina gigante ataviada de la Virgen María; en definitiva; en la cabecera de la 'procesión'".