La guerra entre los humanos y los aparatos electrónicos ya ha comenzado. El último ataque llega desde Sydney (Australia), donde una mujer ha sufrido graves quemaduras por parte de su iPhone 7 tras quedarse dormida sobre él mientras estaba enchufado para cargar la batería.
Melanie Tan Peláez ha explicado a través de su muro de Facebook que viendo una película se quedó dormida en su sofá cuando, al rato, despertó debido a un intenso dolor. Era "un dolor repentino, hormigueo y entumecimiento", ha expuesto acompañando el texto de una fotografía de las quemaduras de su brazo.
Ta y como la víctima ha explicado a Mirror, al ver su brazo acudió rauda a su médico de cabecera, quien le aconsejó "ir directamente al hospital". Los facultativos determinaron entonces que las quemaduras fueron provocadas por el móvil sobrecalentado.
Pese al diagnóstico de los médicos, desde Apple aseguran que el iPhone no puede haber sido el culpable. La compañía californiana ha defendido que sus teléfonos están diseñados para apagarse si se recalienta demasiado. Aún así, han enviado el móvil a "un técnico superior en California para que lo examine".
A pesar del incidente, Melanie Tan Peláez asegura que es fiel a la marca de la manzana desde sus comienzos ya que nunca había tenido ningún problema, pero le resulta "aterrador y decepcionante que algo así haya sucedido".
Móviles que se incendian y lavadoras que explotan
No e sla primera vez que la tecnología se revela contra el hombre y en este 2016 ya van varios casos, siendo los de Samsung los más sonados. La marca surcoreana anunció el pasado mes de octubre la retirada del teléfono Galaxy Note 7 por los problemas relacionados con su batería, que provocaron que algunos terminales se incendiaran por sobrecalentamiento. La firma lanzó entonces una petición a los usuarios del Note 7 rogando que apagasen sus terminales y que no los enciendan.
Cuando Samsung aún no se había repuesto de este escándalo, llegó el de las lavadoras. Tuvieron que retirar tres millones de este electrodoméstico a petición de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos (CPSC). Un fallo en 34 de sus modelos provocó 733 denuncias y varios heridos, ya que la tapa superior de la lavadora se desprendía del tambor al alcanzar un alto nivel de vibración producido en el centrifugado.
