Elena del Pilar Ramallo Miñán, una reconocida profesional, trabajadora y madre de A Coruña, perdió el 8 de marzo de 2018 (día de la mujer) la custodia de sus hijas porque trabajaba demasiado fuera de casa.
Ramallo tiene una amplia experiencia, es doctora en Derecho, autora de la primera Cátedra del Banco Santander de Responsabilidad Social Corporativa de la Euroregión Galicia-Portugal, delegada de Directivos españoles en Galicia (Dirse) y ha trabajado para el Ministerio de Igualdad, entre otros logros. Sin duda, una mujer de éxito con un gran currículum donde se nota su esfuerzo.
Pero toda esta experiencia académica y laboral ha desembocado en la pérdida de la custodia de sus dos hijas de siete y 13 años. Tal y como cuenta ella misma en El Correo Gallego, la jueza dictó sentencia tomando como única prueba el testimonio de su madre y abuela de las niñas, que aseguraba que "estaba siempre nerviosa por dedicarse a su profesión en exceso" y desatender a sus hijas.
No debería trabajar porque el trabajo de su marido era muy bueno
El testimonio de su propia madre, con quien no tiene una buena relación desde hace años, se centraba en que la doctora debería haber cuidado más a sus hijas en lugar de trabajar fuera de casa, ya que su marido tenía un muy buen trabajo suficiente para mantenerlas. Sin duda, una idea algo retrógrada que, de hecho, sirvió como principal prueba para quitarle la custodia.
"En la España de 2019 tenemos que evitar que esto pase", declaró Elena del Pilar Ramallo, alegando que es compatible que la mujer del siglo XXI se realice personal y profesionalmente. "Mi pecado fue el día que dejé de ser la mujer del ingeniero", dijo ella refiriéndose a cuando se divorció de su marido. "Todavía hay un parte de esta sociedad que pide la igualdad, pero considera que la mujer tiene que criar a sus hijos todo el tiempo, si no, es una mala madre".
Tal y como recoge el diario ABC, la jueza de Instrucción número 2 de Betanzos, Carmen López, y la número 4, Emma Mourenza, firmaron la sentencia firme que no admite recurso.
Se sacrificó por sus hijas y su trabajo como muchas mujeres
"He tenido que dedicar miles de horas a mi trabajo, robándoselas al sueño y con mucho esfuerzo", aseguró Elena del Pilar Ramallo. La doctora en Derecho alegó que ha compaginado su trabajo y su familia "como millones de mujeres".
La profesional gallega asegura que se somete a un "agravio comparativo a todas las mujeres porque en cuanto alcanzan cierto nivel, se les estigmatiza socialmente (...) Como madre, mujer y ciudadana, demando que nadie más en España, por el hecho de trabajar y amar su trabajo, pueda perder a sus hijos (...) Nunca he marginado mi tarea como madre".
Un divorcio complicado
La sentencia recogió que la custodia le pertenecía al padre, de quien Ramallo se divorció en 2015, porque ella "pasa demasiado tiempo fuera del hogar conyugal". Su exmarido alegó que ella "no está bien psicológicamente", algo que también declaró su hija mayor: "Mi madre no está bien, como dice mi padre".
Pero ya desde el principio su separación fue un tema complicado, pues ella rehízo su vida con otro hombre y él la demandó en varias ocasiones. La denunció, tanto a ella como a su nueva pareja, por maltratar a las niñas y por abusar sexualmente de la mayor. Todas ellas fueron desestimadas.
Con respecto a la custodia, Elena del Pilar asegura que "prevaleció la opinión de un hombre sobre su esposa", pues apenas se la permitió hablar. "Mi exmarido ha incumplido el régimen de visitas y la pérdida de contacto no ha tenido consecuencias judiciales, a pesar de mis reiteradas denuncias, lo que ha provocado, en una edad como la adolescencia, la ruptura total del vínculo materno-filial. Llevo año y medio sin verla".
Demanda al Estado por la sentencia machista
Elena del Pilar Ramallo Miñán ha denunciado al Estado por perder la custodia de sus hijas en un contexto político donde se habla de 'conciliación' y 'techos de cristal'. Sin embargo, se "consiente este castigo jurídico" y se dan sentencias machistas a muchas mujeres que se vuelcan con su perfil laboral y personal y hacen grandes esfuerzos por cumplir con todos sus deberes, incluida la maternidad.
La sociedad machista pervive, considera que las mujeres que estudian, son independientes, desarrollan trabajos con viajes y responsabilidades profesionales destacadas, y que, además, se divorcian, somos malas madres. He sufrido comentarios como '¿qué habrá hecho para que le quiten a una madre a sus hijas?'. Es una perversión del sistema, se vulnera mi derecho al trabajo y me provoca un gran perjuicio profesional. Me han quitado a mis hijas por trabajar