Una joven de 19 años, Shana Grice, fue asesinada en agosto de 2016 por quien era su ex novio, después de haber ido cinco veces a la policía de Sussex (Reino Unido) rogando que se tomaran medidas. La víctima fue multada por la policía por "hacerles perder su tiempo", poco después fue ella quien perdió la vida, después de que Michael Lane la degollase.
Esto ocurrió después de que su asesino la acosase en repetidas ocasiones, irrumpiendo de repente en su casa. Tiempo después de una primera advertencia policial, un día se coló en su habitación y fue cuando la mató, degollándola y prendiéndole fuego con una lata de gasolina, tras enterarse de que la joven había rehecho su vida y tenía un nuevo novio. Un año después del hecho, Lane recibió una condena mínima de 25 años en prisión.
En marzo se publicó un episodio de 'Crime Murder in Slow Motion', un documental de la cadena Sky donde se recogen diferentes muertes de mujeres asesinadas por sus ex parejas, y donde se recogió la historia de Shana Grice. Esto ha vuelto a abrir el debate alrededor del caso que hacen los cuerpos de seguridad a las mujeres que van a denunciar por violencia machista, dado que no es la primera vez que una mujer asesinada ya había denunciado a su pareja y no fue escuchada.
La policía no escuchó las súplicas de la víctima
Según explicó un trabajador de la Oficina Independiente de Conducta Policial, Tom Milsom, la policía no supo diferenciar entre una simple discusión y el acoso que sufría la víctima, a la cual no escucharon. No solo eso, sino que le pusieron una multa de alrededor de 80 euros. Los padres de la víctima, Sharon y Richard, denuncian que no se hizo la pertinente investigación judicial, la cual era necesaria.
Además de la familia, que decían que se podría haber evitado el feminicidio si la policía hubiese escuchado a Shana Grice, el juez que encarceló al asesino también lanzó otra crítica por su total inacción, alegando que Lane "sintió que nadie iba a detenerle" si seguía amenazándola. A pesar de que Lane negase haberla matado, fue arrestado después de que se encontrasen sus zapatillas escondidas y llenas de sangre.