A pesar de haber vivido en Reino Unido durante 24 años, casada con un británico y con dos hijos ingleses, Monique Hawkins sintió que no era bienvenida en el país después de conocerse el resultado del referéndum de junio, que dio como resultado el Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
Hawkins temía que sus derechos se vieran afectados por no tener la nacionalidad británica, por lo que decidió pedirla, convencida de que se la darían inmediatamente, teniendo en cuenta su pasado en Gran Bretaña. Tras rellenar un denso formulario de 84 páginas, que incluía una lista de todas las veces que había salido del país desde que entró por primera vez, lo envió al Home Office, según ha contado al periódico The Guardian.
La respuesta llegó pronto, pero no fue la esperada. No solo no se le concedía la nacionalidad, sino que Monique Hawkins fue instada a abandonar Reino Unido. La carta rezaba: "Dado que parece que no tiene otro argumento alternativo para quedarse en el Reino Unido, debería ahora prepararse para irse".
La razón que se le dio para no haberle concedido la nacionalidad es que no presentó el pasaporte original, que debe ser entregado a no ser que existan circunstancias que escapen de nuestro control y que impidan presentarlo. Hawkins explicó que no pudo entregar el pasaporte por la reciente muerte de su padre, que la obligó a viajar a Holanda frencuentemente para estar al lado de su madre. "Claramente la muerte de mi padre no está considerada por el Home Office como una circunstancia que escapa de mi control". Hawkins entregó una fotocopia de su pasaporte autorizada por un notario, algo que está permitido en las normas para solicitar la nacionalidad.
El marido de Monique, Robert, cree que hay una discriminación por parte del gobierno a los ciudadanos pertenecientes a la Unión Europea. "Como ciudadano británico, cabría esperar que casarme con una extranjera le daría automáticamente el derecho de convertirse en una ciudadana británica. Y este parece ser el caso, a no ser que tu esposa resulte ser de la Unión Europea".
Hawkins no es la única que ha denunciado una situación similar. Un ejecutivo alemán, Lars Graefe, que vive en Reino Unido desde 1998, denunció haber recibido una respuesta parecida del Home Office. Él no pudo entregar su pasaporte porque viaja todas las semanas, y lamenta que su documentación alternativa no fue suficiente. "Aunque no pudieran verificar que soy alemán, sigo cumpliendo los requisitos para quedarme. Claramente el Home Office no sabe qué hacer con ciudadanos europeos", sentencia Graefe.