Una mujer española, llamada María Ángeles Durán, ha asegurado ser la dueña del Sol y además afirma que tiene un documento que lo demuestra. Según la mujer, lleva siendo propietaria de la estrella desde hace doce años y comenta que lo consiguió aprovechando un vacío legal.
Natural de Vigo, Durán es psicóloga, escritora y abogada y precisamente han sido sus conocimientos en esta materia los que cuenta que le han llevado a averiguar que podía reclamar el Sol. Mientras escribía su libro 'Una historia de tres: tú, yo y el Alzheimer', encontró en Internet el caso de Dennis Hope, un estadounidense que en 1980 encontró un vacío legal y reclamó ser el dueño de la Luna.
Tanto Durán como Dennis Hope se basan en el Tratado del Espacio Exterior de 1967, el cuál impide a los gobiernos reclamar la propiedad de cuerpos celestes pero no indica nada sobre que lo hagan los individuos. Así, Durán consiguió en 2010 hacerse con un acta notarial que la declara como única propietaria del Sol: "Propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del Sistema Solar", reza el documento.
Cobrar por utilizar el Sol
En un momento, María Ángeles Durán llegó incluso a vender parcelas de la estrella en eBay, lo que provocó que la empresa eliminase su publicación por no cumplir con su política de ventas. Además, en 2015 vivió otra situación judicial cuando un grupo de personas, que la reconoció como propietaria del Sol, la denunció por los daños que ocasiona la luz en la piel.
Aunque sus demandas nunca han prosperado, la mujer busca cobrarle un impuesto a toda la raza humana por la utilización de la estrella: "Conozco la ley y respaldé mi reclamo legalmente. Lo hice, pero cualquiera pudo haberlo hecho. Simplemente, a mí se me ocurrió primero. Cuando tienes una propiedad, tiene sentido hacer uso de ella. Las empresas eléctricas se benefician de los ríos, que son de todos, así que espero aprovechar el Sol", declara.
Según ha afirmado, su intención es que de lo que recaude, un 50% iría destinado al Gobierno español, un 20% para un fondo de pensiones, un 20% para la investigación y otro 10% para ella. ¿Conseguirá su objetivo?
