Un caso realmente estremecedor. Castro Urdiales (Cantabria) se ha visto envuelto en un caso de lo más tenebroso y misterioso. Nadie sabe de dónde ha salido pero apareció en una caja que supuestamente contenía "juguetes sexuales". Al parecer María del Carmen Merino Gómez, gaditana de 62 años, se la entregó a su amiga, a la que conocía por su vinculación a la Casa de Andalucía de Castro Urdiales. Lo que realmente contenía era la cabeza desmembrada del cuerpo de Jesús María Baranda.
Por el momento, María de Carmen, a la que sus vecinos describen como una personal normal y a la vez inestable, ha sido detenida a la espera de que se aclaren los hechos y se despejen todas las cuestiones suscitadas tras la desaparición de su marido Jesús María Baranda, bilbaíno de 67 años, el pasado mes de febrero. Nunca llegó a denunciar la desaparición, a pesar de que sus más allegados, así como el hermano del fallecido, se lo pidieron porque les resultaba extraño que no hubiera avisado de su marcha. Ella alegó que había cogido 12.000 euros y se había marchado, pero no lo hacía porque estaba segura de que volvería en marzo para un viaje que ambos tenían previsto hacer juntos. Finalmente fue dado por desaparecido el día 11 de abril de 2019, después de que María del Carmen acudiera a las dependencias policiales y alegara haber sido abandonada por él, porque ya no la quería.
Algún tiempo después, ella le hizo entrega a su amiga de una caja con consoladores y bolas chinas. Al menos eso fue lo que ella le dijo a su allegada. La justificación: estaba cansada de tenerlos en su casa, ella no los iba a usar y no quería que los agentes, al revisar la vivienda, descubrieran que la pareja hacía uso de ellos. Pero nada de ello era realidad: lo que realmente apareció fue una cabeza humana que la amiga encontró un viernes a las 2 de la madrugada, antes de contactar con las autoridades. El servicio de Criminalística de la Guardia Civil se encuentra inmerso en un examen que pretende determinar si la cabeza corresponde realmente a Jesús María.
Guardó la caja porque "era el único que recuerdo que tenía"
Sin sospecha alguna y comprensiva con María del Carmen ante la dura situación que estaba atravesando tras la supuesta huída de su esposo, guardó la caja durante todo el verano, cuyo contenido venía envuelto en papel de aluminio y de regalo. Sin embargo, un extraño odor le comenzó a llegar en la madrugada del viernes 27 de septiembre al sábado 28. Procedía de su cocina, concretamente donde tenía ubicadas las conservas. No se lo explicaba y aterrada, llamó a la Guardia Civil para informar de lo ocurrido, no sin antes llamar a Carmen, quien le dijo que acudiría de inmediato al lugar de los hechos. "No hace falta, ahora van a buscarte a ti", le respondió, adviertiéndole de que iba a ser detenida.
Carmen y Jesús vivían juntos desde hace unos años, no estaban casados y ninguno tenía hijos con sus anteriores relaciones. Él, un hombre muy querido en el pueblo, según los vecinos y camareros de los lugares a los que asistía "a tomar chatos con su cuadrilla". "Nunca tuvo una mala palabra con nadie", cuenta Sara, que reside en la misma calle donde ambos convivían. Ella, "una tía rara", según cuenta una vecina de la calle donde se ubica el edificio en el que la mujer encontró el cráneo. "No tenía hijos, solo un perro y solo salía a la calle para pasearlo. Era muy gruñona. Le molestaban los críos aunque no le hicieran nada. Yo a los míos les tenía terminantemente prohibido que se dirigieran a esa mujer", apunta ante El Español.
Otro vecino admite haber sido testigo en alguna ocasión de los gritos que se producían dentro de las paredes del domicilio: "Algunos gritos sí que había escuchado hace tiempo. Peleas entre ellos, pero la verdad que sé lo mismo que los demás; es decir, nada". Nadie sabe nada en el municipio. Seguramente sea una de las escenas más grotescas que sus ciudadanos hayan vivido nunca, ya que la policía tiene por delante un arduo trabajo.
Ni los amigos del fallecido ni los responsables del centro cultural al que pertenecía la implicada han hecho acto de presencia durante el trasiego que acontece en las calles de la localidad. Se han quitado del medio mientras continua la investigación. A pesar de que el pueblo sigue lleno de gente caminando por sus playas, el miedo y la intranquilidad se ha apoderado de las mentes de sus habitantes, que esperan con ansia que toda la trama se solucione y la verdad salga a la luz. Algunos apuntan a un triángulo amoroso que acabó mal, sin embargo, la policía seguirá registrando la casa del matrimonio.