Una joven leonesa de 35 años se ha suicidado en Oviedo (Asturias), después de tomar un bote de barbitúricos en la habitación de un hotel de la ciudad y de haber dejado un mensaje grabado para eximir a los amigos que le han acompañado en el momento de su muerte.
Se trataba de una paciente de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una enfermedad degenerativa, según publica el diario El Comercio. La mujer era ingeniera de profesión titulada por la Universidad de Gales, tenía novio, vivía en Cangas de Narcea y pertenecía a la organización Derecho a Morir Dignamente.
Los hechos ocurrieron el pasado martes 10 de agosto, cuando reservó una suite en el hotel de Oviedo a la que acudió con dos amigos para que estuvieran presentes y se quitó la vida. Dejó una carta y un mensaje grabado para eximir a sus amigos y mostrar su deseo de morir en esas circunstancias, un presunto suicido asistido.
Según las primeras investigaciones, el sufrimiento de la paciente de ELA era tan grande, que no pudo esperar a la aplicación de la Ley de Eutanasia, recientemente aprobada en el Congreso de los Diputados, tal y como dejó constancia en el escrito.
La Policía abre una investigación
La Policía Nacional ha abierto una investigación por estos hechos para esclarecer un posible caso de suicidio asistido. Por su parte, la Policía Judicial está elaborando un informe forense que, junto con la carta y el vídeo, se pondrá a disposición del juzgado, según ha informado un portavoz de la Jefatura Superior de Asturias.
Según consta en el relato policial, la mujer acudió junto a un hombre de unos 70 años el pasado martes a un céntrico hotel de la capital asturiana para reservar una suite y al día siguiente avisaron a los agentes de la muerte.
La mujer había sido diagnosticada con la enfermedad hacía cinco años, un hecho que había mermado seriamente su calidad de vida. Una portavoz de DMD Asturias señala a Nius que la enfermedad le había privado de su autonomía y por ello había decidió terminar con su vida.
Los agentes llegaron al hotel avisados por uno de los dos acompañantes de la joven que forma parte de la Asociación Derecho a Morir Dignamente de Asturias (DMD), una organización que defiende la aplicación de la eutanasia y el suicido asistido y que promueve "el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla", según consta en sus estatutos.
Los efectivos encontraron a la mujer tumbada en la cama con un bote de pastillas, una carta y una tarjeta de vídeo, sin poder hacer nada por salvarla. La Policía ha tomado declaración a los dos testigos que se encontraban con la víctima en el momento de su muerte y en las próximas horas trasladarán su informe sobre los hechos al juzgado.
